La media de edad de los coches que circulan por las carreteras de Castilla y León se sitúa en 14,1 años, según el dato ofrecido por la patronal de los concesionarios, Faconauto, en el transcurso de su Asamblea General, celebrada hoy en Madrid. Esta cifra confirma la tendencia negativa que se venía arrastrando en los últimos años y que ha hecho empeorar la estadística en la región 0,3 años respecto a 2020. Por su parte, la media nacional quedó en 13,6 años de antigüedad.

Faconauto, que también ha presentado su memoria anual correspondiente a 2021, ha indicado que este mal momento que atraviesan las matriculaciones de vehículos en nuestro país ha tenido igualmente un fuerte impacto en la aportación que hace el automóvil a la recaudación de impuestos. Así, Hacienda dejó de ingresar unos 1.200 millones de euros por la adquisición de vehículos el pasado ejercicio en comparación con lo recaudado por el mismo concepto en 2019, el último año “normal” para el mercado español antes de la pandemia.

En 2021 el Estado recaudó 4.215 millones de euros por tributos vinculados a la adquisición de vehículos (Impuesto de Matriculación e IVA), frente a los 3.943 de 2020 (+6,9%) y a los 5.466 (- 29,6%) de 2019. Desglosado por el tipo de impuesto, las arcas públicas sumaron 467 millones de euros por el Impuesto de Matriculación (+25%) y 3.748 en concepto de IVA (+5%).

Plan de descarbonización

Este momento delicado se está viendo muy mediatizado por los efectos que sobre las economías familiares está teniendo la guerra en Ucrania, el aumento de los precios o la fuerte escalada del coste del combustible. Por ello, la patronal de los concesionarios ha actualizado su previsión de cierre de ventas para este año, que ha situado en unas 830.000 unidades, una cifra que, de confirmarse, casi cronificaría, a su juicio, la debilidad del sector, en claro contraste con la recuperación experimentada por otros sectores económicos tras la pandemia, lo que justificaría la adopción de medidas coyunturales y de choque que contribuyan a revertir esta situación.

Faconauto ha recordado que coincide en el tiempo con la obligatoria adopción de políticas de calidad del aire en las ciudades a través del establecimiento de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), coyuntura que podría usarse, de aquí a final de año, como palanca para desarrollar planes intensivos de descarbonización que incentiven la compra de vehículos con cuantías que varíen en función de la clasificación medioambiental de la Dirección General de Tráfico (0, ECO o C).

Este sistema de incentivos, que abarcaría a la diversidad de tecnologías sostenibles presentes en el mercado, podría acompañarse con la adopción de soluciones para la compensación de la huella de carbono, en los supuestos en que el vehículo nuevo produjera emisiones, aun siendo estas bajas. Actualmente los concesionarios ya están trabajando en la puesta en marcha de este tipo de sistemas de compensación para alcanzar el objetivo de neutralidad climática, haciéndola asumible a una base amplia de los ciudadanos, incluidos aquellos que no tienen la posibilidad de adquirir un vehículo 100% eléctrico.

“La tormenta perfecta que está viviendo la automoción nos aboca a un nivel de matriculaciones alejado de lo que requiere nuestro país. Como vemos, esto ya tiene implicaciones negativas en la aportación a la recaudación de impuestos vinculados al automóvil o al imparable envejecimiento del parque. Poner en marcha planes de descarbonización del parque no sólo es compatible con la consecución de los objetivos climáticos establecidos a nivel nacional y europeo, sino que es totalmente necesario para acelerar la recuperación del sector y la expansión real del vehículo eléctrico. Uno de los mayores obstáculos para la transición hacia la movilidad sostenible es un parque antiguo que, en nuestro país, alcanza ya los 13,6 años de media”, ha dicho el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez.

Faconauto es la patronal que integra las asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas de turismos, vehículos industriales y maquinaria agrícola presentes en el mercado español. Representa los intereses de 2.022 concesionarios, entre los que se encuentran los de las principales marcas de maquinaria agrícola. Estas empresas generan 152.000 empleos directos, una facturación de 36.000 millones y representan el 3% del PIB.

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