Incluso antes de que se celebrase la segunda entrega de La isla de las tentaciones 3, Marina ya se había convertido en la auténtica estrella de la edición, primero por su indiscutible química con Isaac y después por la filtración de un vídeo en el que se le veía teniendo un encuentro sexual con el joven.

Un protagonismo que luego venía a corroborar la propia Mediaset España cuando todos los programas de Telecinco que analizan el reality empezaron a fijarse en los padres de la joven con la excusa de su edad y su físico. 

En la segunda gala, la joven era la responsable de que sonase por primera vez la alarma por traspasar los límites marcados por su pareja, Jesús. Simplemente compartió un hielo con Isac, sin embargo, su novio aseguró aquello supondría "un antes y un después” en su relación porque lo consideraba “una falta de respeto". 

¡ATENCIÓN, SPOILERS!

Pues bien, ya en la tercera gala, la relación ha saltado por los aires después de ver imágenes de Jesús en las que, aunque el joven no va más allá con ninguna soltera, los comentarios que ha vertido han hecho estallar a Marina.

La hoguera de las chicas.

"No me lo imaginaba tan abierto. Pensaba que estaba enamorado de mi. ¿Que en tiempos de guerra cualquier agujero es trinchera? ¿Y lo dice delante de diez solteras? ¡Qué bonito! Si yo digo lo de los agujeros y la trinchera dicen que soy la más … de España”, decía la joven.  

"Me estoy quedando loca. Es mucho de inventarse. Como mi novia seguro que hace esto, voy a sobreactuar par no quedar por debajo. El problema que tiene es que siempre teme quedar por debajo mía. Así que lo mismo está sobreactuando por lo que yo pueda hacer. Le molesta que le haga sombra", añadía.

"Pero, ¿tú no querías que se lo pasara bien?", le preguntaba Sandra Barneda. "Sí, claro. Pero yo también me lo voy a pasar muy bien. Y yo cortándome. A partir de ahora empieza el juego de verdad", amenazaba al final de su hoguera.

Y así será. Al final del programa, Marina no puede contenerse más y decide dar rienda suelta a su pasión con Isaac. "Cuando nos metemos en la piscina es fuego puro. El estar en bikini, estar cerca, sube la temperatura. Siempre he intentado poner un freno, pero es que llega un momento que no puedes más y lo tienes que hacer".

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