En la actualidad hay muchos concursos diarios en televisión: Saber y ganar, La ruleta de la suerte, Ahora caigo, ¡Boom!, Pasapalabra, El Cazador, El concurso del año. Sin embargo, parece que cada vez hay menos concursantes, pues las cadenas están tendiendo, de forma natural, a mantener días y días en antena a los mismos participantes.

En Pasapalabra, por ejemplo, se ha batido un récord del programa. Y es que Luis de Lama y Pablo Díaz se han convertido en la pareja con más duelos del programa, no solo en Antena 3, sino en la historia del formato, por encima de otros concursantes históricos como Jero y Orestes, de la época de Telecinco. 

Luis y Pablo llevan ya más de 80 entregas viéndose las caras, peleando contra el rosco hasta el último segundo, haciendo a la audiencia sufrir en el mejor de los sentidos, consiguiendo picos de más de cuatro millones de espectadores. 

En cierto modo se han convertido, para muchos, en alguien más de la familia. De ahí que este lunes el programa anotara máximo histórico de audiencias al saberse que este martes abandonará definitivamente el concurso uno de los dos.

Un sentimiento que también se tiene, con Victoria, Manolo, Óscar y Miguel Ángel, Los Dispersos de ¡Boom!, quienes llevan ya más de un año apareciendo cada tarde en Antena 3, ataviados con sus protectores para no recibir una bomba de pringue si cortan el cable que no deben. 

Este tipo de concursantes logran una conexión especial con el espectador, una familiaridad que no logra cualquier otro personaje famoso que salga por la pantalla. Y es que, al fin y al cabo, no vemos a gente sedienta de fama ni nada por el estilo. Al revés, son gente de la calle, normal y corriente, con gran cultura general, y que no tienen problema en admitir que estudian con ilusión para poder concursar en este tipo de formatos. Alguno de ellos incluso peca de tímido a pesar de llevar semanas o meses en la pequeña pantalla; en ¡Boom!, por ejemplo, un miembro de ‘Los Dispersos’ comentó que en las redes sociales hay algunos que les cambian el nombre por "los dispersosos".

Los Dispersos en '¡Boom!' (Antena 3)

Cómo 'El Cazador' supo exprimir esta corriente

Un programa relativamente nuevo que ha sabido utilizar bien esa familiaridad -o profesionalización- de los concursantes ya históricos de la televisión ha sido El Cazador, en La 1, presentado cada tarde por Ion Aramendi. En él, cuatro participantes anónimos se enfrentan por turnos a un concursante veterano, de esos que saben lo que es estar 20, 50 o más entregas en un mismo formato peleando por el bote.

Inicialmente estos cazadores eran Erundino Alonso, la cara más conocida de 'Los Lobos' (Boom); Ruth de Andrés, ‘magnífica’ del concurso de La 2 Saber y Ganar; y a Paz Herrera y Lilit Manukyan, dos de las concursantes más famosas de Pasapalabra y ganadoras del rosco. Además, esta semana debutaba como cazador David Leo, de Pasapalabra, que servirá también para atraer a un público más joven. De hecho, su nombre de guerra ha sido "el estudiante". 

Precisamente, una concursante de El Cazador dejó muy bien expresada cómo el gancho del programa es el conocer a aquel rival al que te enfrentas. Gema, que participó el pasado diciembre, confesó a Aramendi que la primera vez que vio el programa fue mientras hacía zapping, y que lo que le llevó a quedarse fue el reconocer a una cazadora.

"Lilit formó parte de mi familia una época porque mi madre veía siempre Pasapalabra", relató la participante, señalando cómo cuando llamaba a su progenitora esta le decía cómo se encontraba y también cómo le había ido a Lilit en el concurso de Telecinco. "El día que se llevó el rosco fue una fiesta, me llamó por teléfono. Eras de la familia. Eras una más", le dijo a la cazadora. "Pues muchas gracias por seguirme. Me has tocado la fibra y mi corazón", le respondió la cazadora, apodada por el programa como "la espía". 

David Leo se ha sumado a 'El Cazador'. RTVE

El caso de 'El tirón'

Esa familiaridad con los concursantes también la exprimió, a finales de 2019, Telecinco tras perder los derechos de emisión de Pasapalabra y una sentencia del Tribunal Supremo que les prohibía "cualquier otro programa de televisión que tenga un formato idéntico o similar al del programa Pasapalabra o que tenga la denominación Pasapalabra". 

Entonces, Mediaset España se sacó de la manga una "sección" de Sálvame llamada El Tirón, con el mismo presentador y los mismos concursantes que Pasapalabra en su etapa final, esto es, Christian Gálvez, Rafa y Orestes. Incluso se emitía a la misma hora.

Telecinco intentó que aquello siguiese pareciendo lo mismo de siempre con otra mecánica, una simple batería de preguntas de cultura general. Incluso rescató a otros concursantes históricos de Pasapalabra, como el citado David Leo. Un invento que no podía ocultar su espíritu low cost, y que desapareció de la parrilla con la crisis sanitaria del coronavirus. En teoría quedaban entregas sin emitir, que se quedaron en todo caso guardadas en un cajón.

La nueva sección llamada 'El Tirón'

'¡Ahora caigo!' cambiará su mecánica

De los concursos que Antena 3 emite en sus tardes, ¡Ahora caigo! es el único que pasa por un momento complicado, con una media del 10%, que queda lejos de los datos que anota en esa misma franja Sálvame.

Siguiendo esta corriente de hacer más familiar al concursante, el programa cambiará su mecánica próximamente para dar mucho más protagonismo al concursante central. Si dicho concursante consigue eliminar a ocho oponentes, se enfrentará a una última prueba en la que tendrá que contestar correctamente a diez preguntas en dos minutos.

En caso de superar esta última fase, se llevará el dinero acumulado y volverá al día siguiente. Si las falla, perderá la cantidad económica conseguida esa tarde, pero también regresará. Es decir, quien alcance la prueba final tendrá asegurada su permanencia, y lo veremos un día más. Solo saldrá del programa si alguno de sus rivales consigue que se quede sin comodines y caiga por la trampilla.

En definitiva, ¡Ahora caigo! modifica ligeramente su desarrollo para que la audiencia le coja cariño a sus participantes y los vean acumular más dinero en cada entrega. En definitiva, que los adopten como alguien más de la familia, al que presten un poquito de atención cada tarde.

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