Desde que la televisión descubrió el poder de los programas de talentos, han sido numerosos los formatos de este tipo que han copado las parrillas de los canales. En general, son programas que aportan conversación, buena audiencia y, sí se consigue dar en la tecla, buena imagen para el canal.

Operación Triunfo, La Voz, Got Talent, Fama, Top Dance, MasterChef…  Durante años, los espectadores se han pasado viendo a gente cantar, bailar o cocinar, pero faltaba algo que no llegaba a nuestro país hasta 2018, de la mano de La 1 de TVE: buscar al mejor modista de España. 

Maestros de la costura, que así se bautizó en nuestro país esta adaptación del británico The Great British Sewing Bee, regresa este lunes a la parrilla de la cadena pública con su cuarta temporada, gozando de buena salud y, lo que es más importante, cada vez más seguidores. 

Si bien es cierto que sus datos de audiencia siempre han estado alejados de otros formatos similares como MasterChef, su compañero de canal, Maestros de la costura ha logrado fidelizar a una audiencia importante e ir creciendo con el paso de las temporadas. 

Por todo ello es justo reivindicar este formato que se ha convertido ya en uno de los programas más emblemáticos de La 1 y más querido por los espectadores. Sobre todo porque, a pesar de que su propia naturaleza le impida captar tantos seguidores como OT o MasterChef, porque todo el mundo cocina o canta, pero coser es otro asunto; el programa hace que el diseño, la moda y la confección sean entretenidos para cualquier espectador que se acerque a él. 

La última temporada lograba un 13,4% y 1.535.000 espectadores, superando en casi 2 puntos a la segunda, que cerró con un 11,7%. Como decimos, no es un programa de grandes masas, pero se mantiene muy por encima de la media mensual de La 1 y cerraba la temporada con un dato muy prometedor de cara al futuro: un 16,9% y 2.312.000 espectadores, una de sus mejores marcas históricas. 

Y, ¿cómo lo ha conseguido? Aportando calidad. Maestros de la costura es una producción de Shine Iberia, productora que ya demuestra cada año su buena mano con las distintas ediciones del talent de cocina, y que aquí vuelven a dar con la tecla en un talent divertido y emocionante gracias a varios materiales que confeccionan este producto destacado en nuestra televisión. 

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Los materiales de ‘Maestros de la costura’ 

La maestra de ceremonias, Raquel Sánchez Silva, es una de las claves del éxito. Curtida en grandes formatos como Pekin Express o Supervivientes, Silva maneja como nadie los códigos de este tipo de programas, dándole una emoción única al formato y, a la vez, la seriedad que necesita gracias a la profesionalidad que destila la presentadora. 

Por otro lado, el plantel de expertos encargados de juzgar los diseños de los aspirantes (Lorenzo Caprile, María Escoté y Alejandro Palomo) ha conseguido también una química de esas que se salen de la pantalla, gracias a esa mezcla entre humor, la seriedad necesaria para juzgar los diseños y su propio papel de estrellas del formato. 

Aunque lo más importante, sin duda, es el casting. En las tres ediciones emitidas, el programa ha conseguido dar con la tecla con sus grupos de aspirantes, siempre divertidísimos, repleto de perfiles muy distintos y variopintos, que son los verdaderos artífices de que el programa consiga enganchar. 

Maestros de la costura quizás no arrase en audiencias, pero tiene una importante legión de fans. Solo había que darse un paseo por las redes sociales cuando se anunció su regreso para darse cuenta de lo querido que es el formato y de cómo cada vez se habla más de él, siendo ya un formato imprescindible en este país. 

En definitiva, este talent de costura es un gran producto de nuestra televisión pública, uno de esos que aportan buena imagen, y una demostración de que no hace falta grandes datos de audiencias para ganarse la renovación, puesto que el éxito está en otras cosas. Y Maestros de la costura es un triunfo para la televisión de calidad. 

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