Hay varias tradiciones televisivas que se repiten cada año en Nochevieja, desde el liderazgo de La 1 hasta el vestido de Cristina Pedroche, que cada año acapara más y más titulares. Pero, desde hace varios años, hay un programa que poco a poco va consiguiendo más seguidores y establecerse como una de las tradiciones de la última noche del año: Cachitos de hierro y cromo. 

El programa de La 2, presentado por Vírginia Diaz, volvió a funcionar de forma extraordinaria tras las Campanadas, con un 13,3% de cuota de pantalla y 2.018.000 espectadores. Pero, lo que es más importante, volvió a recibir el aplauso del público, aunque también alguna que otra crítica. 

Y es que además de su original propuesta musical, Cachitos de hierro y cromo hace ya varios años que destaca por otro motivo: sus rótulos. Cada actuación recogida del archivo de RTVE viene acompañada por un pequeño texto que juega siempre con el humor y la ironía para hablar de políticos, partidos y todo tipo de famosos. 

Sin embargo, muchas voces aseguraron este pasado 31 que el programa se centró en criticar, especialmente, a la derecha y a partidos como VOX o el PP. Pero, echando un vistazo al programa se ve claro que todas las fuerzas políticas recibieron parte de estos divertidos "ataques". 

'Cachitos de hierro y cromo' ha vuelto a demostrar que es uno de los programas más valientes de la televisión

Salvador IllaIsabel Celaá o el propio Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fueron algunas de las "víctimas" del PSOE. "Ahí parecen formales, pero ya cerraban más bares que Salvador Illa", rezaba el rótulo que acompañó a una actuación del grupo Siniestro Total".

También hubo comentarios sobre el Gobierno de coalición, acompañando a una actuación de Kylie Minogue: "En ella, esos colores conjuntan mejor que el Gobierno de coalición. Claro ejemplo de una artista capaz de defender con convicción todo tipo de estilos y versiones... La Fernando Simón del pop internacional".

Naturalmente, la oposición también tuvo su cuota de protagonismo, con las numerosas salidas de Ciudadanos ("El currículum amoroso de Laura Pausini tiene más abandonos que las listas de Ciudadanos"); el máster de Pablo Casado ("Spoiler: el alto nunca llegó a ser remero de Harvard... ni siquiera 4 días en Aravaca") o el polémico hospital Isabel Zendal de Isabel Díaz Ayuso ("Esto les puso Ayuso a los albañiles de su hospital por megafonía... y ni aun así, oye", durante la canción Que el ritmo no pare)  

Bosé, el Rey y hasta el Caso Cantora

No podían faltar, claro, los comentarios hacia una los personajes más polémicos del año: Miguel Bosé. El programa ironizó con la postura del cantante sobre las vacunas de coronavirus y rotularon durante su actuación: "Estos rótulos están libres de chips y de 5G. Fueron escritos en una libreta por un guionista con un gorrito de aluminio".

Aprovechando una actuación de Agustín Pantoja, el programa hizo alusión al mediático Caso Cantora, refiriéndose al hermano de la tonadillera como el "Angela Channing de Cantora Crest". 

La soledad, de Laura Pausini, fue la excusa para hablar del Rey emérito Juan Carlos I y de su polémico exilio tras sus escándalos con Hacienda. "En La Zarzuela ha sonado más la de 'Se fue'", rotularon.  

Por todo ello, Cachitos ha demostrado ser un año más uno de los programas más valientes de la televisión y una joya imprescindible dentro de la programación de La 2. Tal y como decía a través de Twitter Antonio Vicente, uno de los guionistas del espacio "Cachitos es un ejemplo de las capacidades de la tele pública. Un ejercicio de libertad".