En el último capítulo de Mujer emitido el pasado martes 1 de diciembre, Sarp (Caner Cindoruk) seguía empeñado en contarle a Enver qué fue lo que pasó tras su desaparición para que entendiera por qué ‘abandonó’ a su familia. 

“Nos llevaron al extranjero. No estaba en condiciones de buscar a nadie, me debatía entre la vida y la muerte. Cuando recuperé la salud, quise recuperarlos, pero tuve que ser cauteloso porque me dijeron que los hombres que me buscaban a mí, les buscaban a ellos”, le contaba.

“Mandamos a una persona para que se informara que había pasado. Y fue entonces cuando nos dijeron que Bahar y los niños habían muerto. Fue Sirin abrió la puerta”, dijo el que fuera marido de Bahar (Özge Özpirinçci) ante la incredulidad de Enver. 

Sin embargo, a pesar de haberle contado esta historia, el padrastro de Bahar decide mentir a Sarp y contarle que su hija y los niños murieron. “Déjalos descansar en paz. ¡Vete de aquí!”, le dice antes de echarle de su casa.

Unas palabras que siguen haciendo dudar a Sarp, que acude de nuevo a casa de Enver, donde espiará para confirmar una de sus grandes sospechas. Pero no será la única clave que descubrirá. Y es que el capítulo que emite este lunes 7 de diciembre será la noche de las grandes revelaciones para Sarp…

El hombre decide ir al cementerio a comprobar si realmente los cuerpos de Bahar y de sus hijos se encuentran en sus tumbas. Será entonces cuando  se lleve una auténtica sorpresa.

¡ATENCIÓN, SPOILERS!

No será, sin embargo, hasta el capítulo de este martes 8 de diciembre, cuando los espectadores descubran qué fue lo que encontró Sarp en las tumbas de Bahar y sus hijos. “Señor, te lo suplico, ¡no juegues conmigo! Esto es un sueño. ¡Despierta!”, repite una y otra vez en su regreso a casa.

Ya en casa, Sarp va en busca de Suat con toda su furia. “¡Dime dónde están Bahar y mis hijos. ¡He visto a mi madre en la tumba de mi mujer y mis hijos! ¡Dime la verdad! ¡Confiesa”, le dice mientras le golpea. “¡Has matado a mi madre y le metiste en esa tumba!”, continúa diciéndole mientras le apunta con una pistola. “¡Ha sido Nezir!”, se defiende Suat.