Al igual que la pasada semana, Mask Singer comenzaba el programa con un duelo a tres entre el Cuervo, Cerdita y Camaleón. Las apuestas sobre sus identidades fue muy variada. Se habló de Julio José Iglesias o Fonsi Nieto para el primero, Loles León y Antonia Dell’Atte para la segunda, y Maxi Iglesias o Jesús Mariñas volvieron a sonar como el Camaleón. De los tres, la Cerdita fue la menos valorada.

Tras la actuación del invitado, el Robot, se llevó a cabo el segundo duelo entre la Gamba y el Caniche; para Javier Ambrossi, estaba claro quién era la Gamba. “Si no es Màxim Huerta me rapo la cabeza” sentenció. José Mota, sin embargo, apostaba por Josema Yuste, de Martes y Trece. Como posible Caniche los investigadores de Mask Singer apostaron por Blanca Suárez o María Pombo. En las votaciones, la Gamba resultaba perdedora.

Tras un duelo final entre Cerdita y Gamba, fue ésta última la que escuchó los gritos del público de “quítatela” para decir adiós al concurso y revelar su identidad. Finalmente, tras como vaticinó Javier Ambrossi, tras la Gamba estaba el periodista, escritor y exministro de Cultura Máximo Huerta.

“La vida está para vivirla al máximo, para gastarla. En una vida caben muchas etapas. Es maravilloso venir para disfrutar y para ser un niño otra vez” dijo Huerta, que desconocía que tuviese el valor como para concursar en un formato así. “Nadie sabía que venía, excepto mis sobrinas Elsa y Olivia, que se habrán divertido más que yo. He estado callado, sin utilizar el móvil ni llamar a casa... ni siquiera ponía las canciones que me han tocado” reveló sobre su forma de mantener en secreto su participación.