Olivia de Havilland, una de las últimas estrellas restantes de la Edad de Oro de Hollywood, ha fallecido a los 104 años. Conocida, entre otros trabajos, por su papel de Melania en Lo que el viento se llevó, la veterana actriz dejó un legado de casi medio centenar de películas a lo largo de sus más de 50 años en activo.

En el momento de su muerte, De Havilland era la artista viva de más edad que había ganado un Óscar. En su haber tenía dos estatuillas a la mejor actriz, por La vida íntima de Julia Norris y por La heredera; además, tuvo otras tres nominaciones.

Olivia Mary de Havilland nació en Tokio en 1916 y pronto se mudó a California con su familia. Tuvo una relación tempestuosa con su hermana, la actriz ganadora del Oscar Joan Fontaine. Murió por causas naturales en su casa en París, donde residía desde 1960.

Además de en el cine, a Olivia de Havilland pudimos disfrutarla en numerosas series y películas para televisión. Por ejemplo, fue la reina Isabel de Inglaterra en El romance real de Carlos y Diana, tv movie de 1982. También la vimos en Vacaciones en el mar, Raíces o la serie Norte y Sur. De Havilland continuó actuando hasta finales de la década de 1980, época en la que logró su tercer Globo de Oro en 1986 por la serie Anastasia: El misterio de Anna.

Por otro lado, merece la pena recordar cómo Ryan Murphy hizo de Olivia un personaje de su serie Feud, que retrataba los enfrentamientos entre Joan Crawford y Bette Davis; para tal ocasión, Catherine Zeta-Jones fue quien se metió en la piel de Havilland.

Sin embargo, la verdadera artista no quedó contenta con la imagen que se dio de ella en la serie y puso una denuncia por la imagen falsa y sin su permiso que se mostró de ella, que finalmente fue desestimada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, en el pasado 2019.

De Havilland acusó a los responsables de la serie de poner en su boca frases que nunca dijo, así como de inventar situaciones que nunca tuvieron lugar. “Estamos decepcionados de que el Tribunal Supremo deje pasar esta oportunidad de confirmar que la Primera Enmienda no protege la publicación de mentiras intencionadas en ningún medio, incluidos los llamados docudramas” señalaron sus abogados al respecto.