El Secreto de Puente Viejo, la serie producida por Atresmedia Televisión en colaboración con Boomerang TV, ya ha anunciado los fichajes de su próxima temporada, que dará el pistoletazo de salida el próximo septiembre.

Entre ellos, destaca Silvia Marsó, que se meterá en el papel de Doña Isabel Marquesa de los Visos. La marquesa tiene dos hijos, Adolfo y Tomás de los Visos, interpretados por Adrián Pedraja y Alejandro Vergara, respectivamente. Al margen de su familia, pero en su núcleo más cercano, también están Íñigo Maqueda, interpretado por Toni Salgado, y Antoñita, a la que da vida Lucía Caraballo.

Un nuevo título que viene a engrosar el currículo de esta actriz, que se jacta en su página web de sus trabajos en series como Hermanos y detectives, Velvet, Siete vidas o Canguros. Sin embargo, no hay ni rastro de otros trabajos como su paso por el Un, dos, tres en el papel de azafata, o su etapa como presentadora de Telecupón y otros espacios.

Y es que Silvia Marsó es una de esas artistas que decidió sacrificar su faceta de presentadora televisiva para centrarse de lleno en su carrera de actriz. “Un día tuve una oferta millonaria como presentadora fija de una cadena privada, me pagaban una fortuna, iba a permenecer años, y al tiempo tenía un contrato para hacer Polixena en Mérida. Y no me lo pensé. Quería ser actriz por encima de todo, y renuncié a ser millonaria” explicaba en 20 Minutos al respecto.

El peso de la etiqueta de presentadora

La industria de la televisión es dura, y a veces, permanecer mucho tiempo (o quizá no tanto) vinculado a un proyecto y una cadena te cierra puertas y hay que cortar antes de que sea demasiado tarde.

Beatriz Rico dejó su Asturias natal para ser actriz, pero comenzó a trabajar en televisión como azafata de El Precio Justo, y más tarde, en programas infantiles y galas variadas en Telecinco. Fue casi la réplica española de Xuxa, y la veíamos hablar con los pequeños de la casa, o cantar canciones infantiles (¡hasta grabó un disco con la canción de Hugo!).

Beatriz Rico creía que ser presentadora le impediría dar el paso a la interpretación

El pasado febrero, Beatriz visitó Viva la vida y recordó que sus primeros años en Telecinco le sirvieron “de trampolín para hacer lo que quiero”. Su historia fue peculiar. “Dejé mi Gijón natal porque quería ser actriz y me vi envuelta en el mundo Telecinco. Fama, cartas, ganas mucho dinero. Pero vi el peligro que suponía que te colgaran la etiqueta de amiga de los niños, y que iba a ser difícil el paso a la interpretación” explicaba.

Así, aunque le quedaban más de dos años de contrato como presentadora, pidió romper el mismo con la promesa de no irse a otra cadena, sino centrarse en el arte dramático, y Valerio Lazarov aceptó. “Yo quería ser actriz y si me quedo aquí igual como presentadora infantil tengo una vida corta” explicaba, para añadir que tuvo la suerte solo un mes después de recibir una llamada para su primera película como protagonista bajo las órdenes de Antonio del Real. Desde entonces ha trabajado en series, películas y numerosas obras de teatro. Además, ha formado parte de diversos proyectos musicales como Rico & Roll o Be Rock.

Se puede mencionar también el caso de Lara Dibildos, que comenzó echando una mano a su madre, Laura Valenzuela, en diversos programas de televisión. En la actualidad lleva más de quince años vinculada exclusivamente al teatro, en giras por España y América Latina. Dibildos afirma que se centró en su faceta teatral para evitar comparaciones, ya que en televisión habría arrastrado más la coletilla de ser hija de Laura Valenzuela y José Luis Dibildos. Dispuesta a que solo la reconozcan ya como actriz, también se ha apartado de formatos rosas e incluso de telerrealidad, pues en algún año la han tentado para Supervivientes y otros formatos como los de saltos de trampolín. Curiosamente, Lara Dibildos todavía tiene como asignatura pendiente hacer un personaje fijo en una serie, y la última vez que la vimos trabajando en televisión fue haciendo comerciales.

Penélope Cruz tras 'La quinta marcha' solo volvió a ser presentadora para los Óscars

Desvincularse del trabajo de presentadora no es imposible. Silvia Marsó y Lara Dibildos son algunos ejemplos, pero tenemos otros como Penélope Cruz, que tras La quinta marcha nunca volvió a hacer de maestra de ceremonias. Tenía tan claro que quería ser actriz que incluso rechazó a Chicho Ibáñez Serrador cuando le ofreció ser azafata del Un, dos, tres. Cuando hemos visto a Pe trabajar como presentadora, que ha vuelto a hacerlo, ha sido solo en ocasiones especiales, como los Óscars.

El terror de volver a presentar un programa

Belén Rueda se hizo conocida como azafata del programa VIP, a inicio de los 90. Su magnetismo ante la cámara la convirtió en copresentadora a los pocos meses, junto a Emilio Aragón, y tras esto llegaron otros programas como Ta’ Tocao, Telecupón o La Ruleta de la fortuna.

Ella, que venía de estudiar arquitectura, señala que su transición de presentadora a actriz fue natural, pero que ya lo había buscado, y que ya con 17 años había realizado sus primeros cursos en arte dramático.

Llegó a pensar que la intepretación no era para ella, pero ahora no lo cambiaría por nada. Y es que la ganadora del Goya y dos Fotogramas de Plata confiesa que ahora le daría pánico escénico volver a ser presentadora. “Ahora me aterroriza. Presentar es algo muy serio. Llevo muchos años sin hacerlo y no es tan fácil” señala.