El festival de Eurovisión contará finalmente con la actuación de Madonna. La considerada durante años la Reina del Pop podría embolsarse entre 500.000 y un millón de euros para participar en el certamen musical europeo.

Durante toda esta semana se ha especulado si la Ambición Rubia actuaría o no en el festival. Uno de los mayores problemas es que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) no podía pagar tan elevado presupuesto. El multimillonario judío Sylver Adams es la persona que asumirá los costes de la cantante americana y todo su séquito.

Sylver Adams, filántropo de origen canadiense, ha declarado que “Madonna no solo es un regalo para Tel Aviv, es un regalo para Eurovisión, porque el certamen es muy conocido en Europa y en esta zona, pero no en Estados Unidos y Norteamérica. Su participación hará que todo el mundo oiga hablar del festival”.

Esta no es la primera vez que el magnate judío paga de su propio bolsillo un acto cultural o deportivo. El año pasado ya fue uno de los inversores para que el Giro de Italia pasara por Jerusalén.

Una actuación envuelta de secretismo y polémica

Madonna no actuará sola en el festival de Eurovisión: 40 coristas y 25 bailarines formarán parte de su número musical. La cantante tocará su mítico Like a Prayer y presentará su nuevo single Future, con el rapero Quavo.

Durante estos días la cantante americana ha recibido amenazas de boicot cultural por participar en festival, a lo que Madonna ha manifestado que “no me callarán, nunca dejaré de hacer música para adaptarla a la agenda política de alguien ni de nadie, ni dejaré de denunciar las violaciones de derechos humanos en cualquier parte del mundo”. Una llamada al boicot que pedían entre otros el músico Peter Gabriel y el cineasta Ken Loach.