Que la Academia de Cine organizara el pasado noviembre un debate sobre las series de televisión en el que participaron importantes nombres del sector y en el que acudieron reconocidos profesionales de la industria audiovisual no era baladí.

¿Por qué no atraer a la audiencia a unos premios que son un gran escaparate?

Todo cobraba sentido cuando este miércoles, el director de la institución, Mariano Barroso, confirmaba que estaban debatiendo sobre la posibilidad de que las series compitan también en próximas ediciones de los Premios Goya.

Obviamente los hubo que se mostraron en contra de esta decisión porque defienden que hay que diferenciar cine de televisión, mientras que otros celebran que la Academia de Cine por fin se abra a la realidad del audiovisual. De hecho, sin ir más lejos, en los Premios Feroz se introdujeron con éxito varias categorías de televisión desde hace dos años.

Desde el punto de la televisión, esta consideración significa un reconocimiento a la industria de la ficción nacional después de que, durante años, la pequeña pantalla siempre haya sido considerada como la hermana pequeña. Una barrera que, no obstante, ya habíamos visto romperse con la aceptación en los festivales de cine de series de televisión.

Pero, ¿es buena idea que los Goya acojan a las series? El cine es un negocio. No podemos olvidarlo. Vive del público. Y, como tal, necesita atraer a esta audiencia a sus premios. Unos galardones que son un excelente escaparate para ese cine que no ha tenido una gran promoción. Así lo están haciendo los festivales de cine y así deben hacerlo los premios.

Aquí no estamos hablando de premiar a la mejor película popular como pretendía la Academia de Hollywood. Aquí sólo se plantea conceder un premio bien diferenciado a esas series que están llevando el audiovisual español por el mundo y haciendo Marca España. 

¿Por qué unas sí y otras no?

No obstante, hay que definir muy bien qué series pueden optar a estos premios pero, sobre todo, que los académicos hayan visto un determinado porcentaje de estas ficciones como así ocurre en los Oscar.

"¿Por qué unas series sí y otras no?", defendía y se preguntaba Teresa Fernández Valdés, productora de Bambú Producciones (Velvet, Fariña) en el citado debate de noviembre después de que Fernando Lara defendiera que sólo pudieran hacerlo las miniseries con un principio y un final marcado.  

¿Merece más un Goya la aburrida y más que olvidable Matar al padre que la excelente decimonovena temporada de Cuéntame o la divertida Benviguts a la familia? ¿Dejaríamos sin opción a premio a Gigantes porque ya se ha confirmado una segunda temporada?

Quizá en estos momentos en los que la ficción española aún está madurando, sería justo que opten a estos premios ambos tipos de ficción, aunque en el caso de las series acotándolo a temporadas emitidas en un determinado periodo. Obviamente ya serán los académicos los que decidan qué ficciones merecen competir de tú a tú con miniseries.