José Antonio Sánchez deja de ser presidente de RTVE este mismo viernes. Lo hace por segunda vez en su currículum, pues ya fue Director General de RTVE durante el mandato de José María Aznar. Y lo hace después de haber estado al frente de RTVE durante cuatro años en los que la televisión pública de nuestro país ha caído a unos índices de credibilidad pésimos, dejando por los suelos todo lo que se construyó bajo estas ondas. 

Por mucho que Sánchez siempre saca pecho cuando asegura que él fue elegido por el Congreso, lo cierto es que realmente fue elegido únicamente por el Partido Popular. Al ver que el Congreso no se ponía de acuerdo a la hora de nombrar a un nuevo mandatario al frente de RTVE, los populares cambiaron la ley para poder elegir al nuevo presidente por una mayoría simple, no los dos tercios que eran necesarios antes. 

Y así es como el onubense llegó a TVE: a dedo. Desde entonces, Sánchez se ha encargado de hacer los informativos más manipulados que se han conocido en las últimas décadas. A la orden del Gobierno popular, el directivo ha desprestigiado esta televisión pública en un tiempo récord. 

A José Antonio Sánchez no se le puede echar en cara que no haya hecho su trabajo

Y, además, lo ha hecho todo con chulería y con soberbia. No ha dudado a la hora de decir en alguna que otra comisión que él vota al PP o que aparece en los papeles de Bárcenas. Y, sin embargo, ahí ha estado haciendo su trabajo. Sí, su trabajo. Y es que a Sánchez no se le puede echar en cara que no haya hecho su trabajo. Se le pidió que destrozase esa televisión como también hizo con Telemadrid y es lo que ha estado haciendo durante todo este tiempo. 

Y es que no se olviden de que ánchez fue el encargado de llevar a Telemadrid a sus peores datos de audiencia durante el Gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Su objetivo fue claro: dejar tan endeble a la cadena madrileña que fuese obligatorio despedir a una gran cantidad de trabajadores a través de un ERE. Y así lo hizo. Y así cumplió.

Durante mucho tiempo se habló de que este era su objetivo en TVE ahora que había llegado a la televisión nacional. De hecho parece que lo ha estado intentando de la misma manera. Sin embargo, enfrentarse a otro ERE en otra cadena con la misma estrategia ya no era tan sencillo y por eso todo quedó en agua de borrajas. 

La pública ha perdido toda la credibilidad que había acumulado en los años anteriores

Los espectadores ya ni siguen los especiales electorales en TVE. La pública ha perdido toda la credibilidad que había acumulado en los años anteriores. Por aquel entonces, TVE tenía premios internacionales gracias a unos informativos que habían sabido mantenerse a los márgenes de cualquier poder político gracias a la labor de Fran Llorente. Pero, igual que Sánchez estuvo detrás de aquel “Ce ce o o” de Urdaci, ahora ha querido esconder la palabra “corrupción” del mapa. 

Con este currículum es normal que sus directivos de confianza hayan tenido varias pagas extras gracias a los resultados. Gracias a los récords de manipulación. De nuevo, no se puede decir que no hayan hecho el trabajo que se les mandaba. Hicieron el trabajo que el señor Sánchez les mandaba. 

Sánchez seguirá cobrando de RTVE

Por mucho cargo de presidente que José Antonio Sánchez deje atrás, el hasta ahora máximo mandatario de la Corporación seguirá como Consejero mientras no haya nuevo equipo en RTVE. El pasado jueves, en el último Consejo de Administración a las órdenes de Sánchez, se decidió que habría una presidencia rotatoria hasta que el Congreso elija al nuevo presidente. 

Por lo tanto, la situación en RTVE seguiría siendo la misma. Serían los mismos consejeros, con mayoría del PP, los que elegirían qué tendría y qué no luz verde en la programación de la televisión pública durante los próximos meses.

De ahí la necesidad del decreto ley que quiere sacar adelante el PSOE este mismo viernes de forma urgente. El Gobierno de Sánchez no ha visto con buenos ojos que el PP y Ciudadanos hayan pactado el número de expertos para seleccionar a los candidatos a la presidencia de RTVE. Por eso un decreto ley es la única solución para desbloquear la situación de la Corporación y que se llegue a un consenso en el Congreso lo antes posible.

De alargarse esta situación, de pasar el verano, el arranque de temporada contaría con los mismos nombres. Esto haría muy difícil que la nueva directiva pueda realizar cambios en medio de una temporada, por lo que el enroque de esta RTVE manipulada podría durar meses. De ahí la importancia de hacer cambios en la presidencia de manera urgente para que se forme un equipo directivo nuevo durante el verano.