Improvisar en el Festival de Eurovisión no siempre tiene consecuencias negativas. De hecho, la única victoria de España en el certamen europeo de la canción fue un tanto improvisada después de que, a siete días de que se celebrara la final, RTVE decidiera sustituir a Joan Manuel Serrat por Massiel.

"Todo fue surgiendo, improvisando", reconoce la cantante a BLUPER con motivo del 50 aniversario de su épica victoria en el Festival. "Me hicieron un arreglo más ágil con Bert Kaempfert, el autor de Strangers in the night de Frank Sinatra. Y con ese arreglo con más marcha, con mi amigo Jorge Gonzalvez, montamos la coreografía".

No he celebrado bodas de oro con ningún marido y lo hago con el La, la, la.

En el fútbol se habla del Maracanazo y lo tuyo en Eurovisión fue un auténtico Massielazo...

La verdad es que lo compararon con el gol de Zarra. Me acuerdo de los titulares de la época. Yo hice un saque de honor en Inglaterra que coincidí con la Selección Española y debían estar Pirri, Zoco y tal, y recuerdo que los productores de Cantando la vida me dijeron que ese año sólo había ganado yo porque habíamos perdido en el tenis, en el fútbol. Y por eso se comparaba con el gol de Zarra. Lo que pasa es que pasó que no habíamos ganado nunca y seguimos no habiendo ganado nunca en 50 años y se ha engrandecido. No he celebrado bodas de oro con ningún marido y lo hago con el La, la, la. Ya me dijo Manuel Arcusa que me iba a perseguir toda la vida y eso que me he empeñado en hacer cosas difíciles y complicados.

Una canción que te llegó diez días antes…

¡Menos! Siete. Vine de México solita. Dejé a mi padre encargándose de suspender la gira que me había hecho el dueño de Televisa. Me dijo que me iban a crujir, que si ganaba me iban a matar y que si no ganaba, también. Me cogí un avión sin dormir y me vine con lo puesto y un maletín con vitamina B12, que me inyectaba cuando estaba decaía. Y me acuerdo que como venía sin dormir, estaba aterrizando el avión en Madrid y me estaba pinchando en el culo. Venía muerta de tres meses sin parar en México y había estado un mes en Cuba cantando gratis para ver la Revolución. Y allí se produce el boom de Rosas en el mar, que por eso hay tantas Massiel en América.

Mi padre me dijo que si ganaba me iban a matar y, que si no ganaba, también

Llegaste hasta con acento…

Si es que llevaba meses fuera. Yo tengo muy buen oído y se me pegan los acentos. En México si les hablas como yo hablo, me decían que no les hablara golpeado o fuerte. Entonces pasé a ser melosona.

¿Qué pensaste cuando escuchaste el La, la, la?

No la escuché hasta que llegué a Madrid. Cuando lo hice, dije que no podía vestir de negro. Cuando me fui a México le dije a mi padre que iban vestidas muy excesivas y con todo el aire y que yo no podía ir así. Y entonces me dije de ir de negro con unos colgajos de una platería de la calle Pez y me puse un sonajero antiguo. Antes de Alaska yo ya usaba colgajos. Era una niña con recursos, pero sin pesetas. Y cuando de repente vine aquí y, vi esa canción, dije: ¡Nena, cambia el look! Y le di la vuelta. Esa cara alegre y tierna y el movimiento ese que les parecía insólito para la época. Y se me veían las piernas.

La canción tampoco iba con tu estilo... 

Nada de lo que pasó después tenía que ver conmigo. Todo fue explosivo, salido de madre, algo que yo no controlaba. Por eso, como no podía controlarlo, desaparecí.

¡Cómo iba a pensar que el Serrat de Canço de matinada iba a ser el del La, la, la! 

Pero, ¿te gustó?

Cuando me llamaron por teléfono no me decían que había pasado con Serrat. Yo pensé que había tenido un accidente muy grave o que había muerto. Yo pregunté cómo era la canción y me decían que era muy buena. Y yo pensaba que, siendo de Serrat, claro que sería muy buena. ¡Cómo iba a pensar que el Serrat de Canço de matinada era el del La, la, la! Luego a mi me hicieron un arreglo más ágil con Bert Kaempfert, el autor de Strangers in the night de Frank Sinatra. Y con ese arreglo con más marcha, con mi amigo Jorge Gonzalvez, montamos la coreografía. Todo fue surgiendo, improvisando.

¿Pensaste en algún momento que ganabas?

Yo no. Iba en el taxi y mi padre se emocionaba al verme. Le pedía que si no ganaba, no pasaba nada, que sobre todo no llorara. Y me dijo: ¡Puedes hasta ganar!

Nadie sabe que yo me retiré nueve meses a vivir a un pisito sola el año de Eurovisión

¿Se gana dinero ganando Eurovisión?

Yo personalmente, no. Ganan los autores. Y luego si tú haces una gira maravillosa, ganas dinero. Pero como yo tuve una consecución muy complicada por mis cosas personales, mi vida familiar... Yo no aproveché el tirón. Nadie sabe que yo me retiré nueve meses a vivir a un pisito sola el año de Eurovisión. Si tienes un buen equipo de manager y te recorres Europa y América, ganas dinero. Yo había empezado demasiado pronto y no tenía el equipo. Y luego hubo muchos factores externos.

Toda esa otra parte ha quedado en un segundo plano…

Sí, pero de repente se ha convertido en un canción icónica El amor. Con esa canción se cierra una película que va representando a Irlanda a los Oscar protagonizada por Jorge Perugorría. Y luego en redes sociales, en Tu cara me suena… Y la gente ha descubierto a una mujer que cantaba muy bien en directo, que era yo. La mayor parte de las cosas que he hecho antes y después del La, la, la no tienen nada que ver. Aquello fue un hecho insólito. Yo desde pequeña era muy actriz y me acoplaba.