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Natalia de Molina es Loly Álvarez en la serie Superestar, la nueva producción de Netflix, creada por Nacho Vigalondo y que narra el fenómeno televisivo y musical que se bautizó con el nombre de Tamarismo.

Loly podría decirse que fue la antagonista de Tamara, ahora conocida artísticamente como Yurena, en aquellos años en los que todo el mundo tarareaba la canción No cambié. Antes de saltar a la fama en el año 2000, Loly llevaba años dedicándose al mundo de la farándula. Incluso con otro nombre artístico que ahora la serie recupera: Jennifer Taylor.

Álvarez se hizo conocida por acusar a Tamara de usurparle la voz, y más que motivos, ella tenía una justificación para lanzar tal acusación. Loly ya había grabado No cambié años antes con Leonardo Dantés con un grupo llamado Luna Azul, y que tuvo escasa repercusión. Y ella quería un trozo del pastel que la de Santurce tan deliciosamente estaba degustando. Dando a entender algo así como que, sin ella, Tamara no estaría ahí.

Esto provocó que Loly Álvarez fuera una habitual de los platós, principalmente, de Telecinco, en espacios como Crónicas Marcianas, donde tocó techo el día que apareció vestida de momia tras una operación. Lo que pocos saben es que ella ya pisó Telecinco al poco de nacer la cadena de televisión.

Y es que Loly Álvarez, en uno de sus primeros intentos de popularidad, quiso ser una de las Mamachicho que cantaban y bailaban aquello de “mamá, Chicho me toca” en los programas de la entonces conocida como “tu cadena amiga”.

Loly Alvarez haciendo la prueba para Mamachicho en 'Tutti frutti'.

Cuando Telecinco arrancó, todos sus programas tenían un nutrido grupo de azafatas o bailarinas. Estaban las Cacao Maravillao de VIP, las Clubes de Goles son amores, y en Tutti Frutti, programa de variedades, estaban las Mamachicho, vestidas de coloridos trajes en los que se enseñaba más piel de la que se cubría.

El primer cuerpo de baile de las Mamachicho estuvo compuesto por bailarinas italianas, que ya hacían lo mismo en Italia. Y, más tarde, se hizo un nuevo grupo con artistas españolas, y se abrió un concurso para que cualquier chica pudiese optar al sueño de ser una Mamachicho. Y ahí que se apuntó Loly.

La cantante llegó a actuar en el programa a modo de casting, pero no tuvo suerte de ser una de las elegidas. Por ello, tuvo que esperar casi una década para convertirse en una pequeña estrella de la televisión, con la etiqueta de cantante, pero más centrada en crear espectáculo y levantar polémicas que en demostrar sus dotes artísticas.

Loly Álvarez y Arlequín en el accidente de Cibeles.

El accidente en Cibeles

Junto al momento de las vendas, quizá el otro gran momento de Loly Álvarez en la farándula sea la vez que tuvo un accidente que acabó con su coche empotrado en la Cibeles. No iba sola: estaba junto a ella Arlequín, y también Montse Páez. Esta última era una chica que afirmaba en los medios haber tenido un idilio con Ricardo Bofill, entonces marido de Paulina Rubio.

Asombrosamente había allí una cámara (de ningún programa concreto) para que contasen qué había sucedido, lo que, a todas luces, se percibió como un montaje.

En el año 2023, Loly fue al programa Así es la vida, y junto a Sandra Barneda se recordó el suceso. “Yo siempre he dicho que, por la otra persona que conducía, que era Arlequín, siempre lo he sospechado y mi opinión personal es que hizo lo posible (por tener el accidente)”, aseguró entonces Álvarez. En Superestar se recoge este hecho, pero desde un prisma fantasioso y muy dramático, que no se ajusta a aquel delirio que realmente ocurrió.