Auténtico éxtasis el que se ha vivido en el desenlace de la tercera temporada de The White Lotus. El viaje a Tailandia ha dejado muertes, sacrificios y hasta revelaciones espirituales. Un desenlace que ha provocado que esta tanda de episodios haya cerrado mejorando los datos de su antecesora, tal y como ha revelado la propia HBO.

6,2 millones de espectadores visionaron el capítulo final de The White Lotus (titulado Amor Fati, locución latina que significa “amor al destino”) este pasado domingo 6 de abril, lo que se traduce en una mejora del 30% con respecto al final de la segunda tanda, que congregó a 4,8 millones de televidentes en Estados Unidos.

Cifras que son una combinación de los datos de Nielsen en base a los seguidores que han visto el final en HBO junto con los que ha proporcionado Warner Bros Discovery respecto a la plataforma Max. Eso sí, se tratan de datos exclusivos del territorio norteamericano.

Pero ahora toca centrarse en lo importante, ¿qué ha pasado en esta exótica experiencia en Tailandia? La ficción liderada por Mike White ha tirado la casa por la ventana en lo referente a la duración de su episodio final: 90 minutos. Lejos de verse como un exceso, ha sido la lógica solución para cerrar todos los cabos sueltos.

Toca recordar que la ficción comenzaba con unos disparos, además de la aparición de un cadáver flotando en el estanque del hotel. En ese sentido, es momento de mencionar que Zion Lindsey (Nicholas Duvernay) era testigo de un tiroteo. Es el momento de saber qué ha pasado en este resortt de lujo.

¡Atención! Ahora es el momento de los SPOILERS, por lo que aquel que no quiere conocer el final, debe parar aquí.

Rick y Chelsea

Rick (Walton Goggins) ha pasado toda la temporada buscando a Jim Hollinger (Scott Glenn) con un único objetivo: cobrarse su venganza por haber asesinado a su padre. Tras viajar a Bangkok y de encontrarse con él cara a cara, ambos se reencuentran cuando Jim regresa al hotel con su esposa, Sritala (Lek Patravadi).

Se produce otra discusión entre Jim y Rick, en el que el primero deja en mala posición a sus padres. Justo en el momento en el que Jim y Sritala se van a hacer una foto con Laurie (Carrie Coon), Kate (Leslie Bibb) y Jaclyn (Michelle Monaghan), Rick se acerca y mata a su padre de un disparo. “Que te jodan”, le dice antes de matarlo.

Jim ha muerto y se produce una inesperada revelación. Sritala le confiesa a Rick que éste era realmente su padre. Cual tragedia griega, los guardaespaldas de la ahora viuda comienzan un tiroteo, matando a Chelsea (Aimee Lou Wood) accidentalmente. Gaitok (Tayme Thapthimthong) acaba con la vida de Rick para evitar la muerte de la propietaria del White Lotus.

El cuerpo de Rick cae junto con el de Chelsea al estanque y eso es lo que ve Zion. “Es un tema clásico de la tragedia griega: alguien que mata aquello que ama mientras intenta vengarse”, compartía Mike White en una entrevista a The Hollywood Reporter sobre el desenlace de esta tercera temporada.

“Él tiene a una persona que realmente lo ama, y simplemente no puede experimentar el amor en el presente porque está obsesionado con la falta de amor que tuvo en su pasado”, añadía.

Los Ratliff

Con una tragedia griega como final de una de las tramas, quedaba por ver qué pasaba con la familia Ratliff. Como el público sabe, Timothy (Jason Isaacs) sabe que lo que le espera a su regreso a Estados Unidos es la cárcel. Para él, es ver su mundo destruirse. Acorralado, dado que no quiere enfrentarse a la verdad, ronda por su cabeza suicidarse y matar a toda su familia.

Un clásico crimen machista que, en la ficción, hubiera encajado. “Había leído historias sobre un tipo aristocrático que mató a toda su familia porque se había gastado todo su dinero y no tenía el valor de decírselo. La forma en que la familia de Timothy le ve es crucial para su sentido de identidad, así que cuando eso está en riesgo, prefiere quemar todo antes que afrontar las consecuencias”, declaraba White en la misma entrevista.

Timothy planea suicidarse y matar a su esposa e hijos con una fruta envenenada de la que se le había advertido al inicio de la serie. El patriarca planea mezclar dicha fruta con unas copas de piña colada. Al único que no matará será a Lochlan (Sam Nivola), tras saber que puede vivir sin los lujos que tenía.

Sin embargo, se arrepiente y opta por arrebatarle los vasos a su familia, evitando así una masacre. Ahora bien, al día siguiente, Lochlan se prepara una bebida usando la misma licuadora donde estaba el veneno. El resultado es que se pone gravemente enfermo, llegando a quedarse en los brazos de su padre. Afortunadamente, dado que la dosis no era letal, sobrevive.

Ahora bien, esa experiencia con el veneno le ha hecho sentir a Lochlan una especie de éxtasis religioso. Tras despertarse, llega a afirmar haber visto a Dios. Finalmente, cuando salen del resort y les devuelven sus teléfonos, Timothy decide ser honesto con su familia. Su sacrificio es vivir con la verdad y confiando en que, a pesar de las adversidades, el vínculo familiar les ayude a superar el bache.

Por otro lado, Piper, la mediana de los Ratliff, admite que no puede vivir sin las comodidades del mundo moderno y opta por abandonar el monasterio budista en el que pensaba quedarse durante un año.

“Es un final agridulce", confesaba White. "La vida continúa, pero ¿qué pasará sin sus comodidades? No creo que Victoria (Parker Posey) sea alguien que pueda vivir en la pobreza. Estoy seguro de que podrá encontrar alguna otra solución”, analizaba el creador.

Laurie, Kate y Jaclyn

Las tres amigas tienen un mejor destino que el resto. Cuando todo parecía que iba a romperse, tras pasar la noche con sus nuevos conocidos rusos, la abogada vuelve sintiendo que necesita a sus amigas más que nunca. Al reencontrarse con ellas, no duda en confesar cuánto las necesita. Las tres se reconcilian, siendo uno de los finales felices de esta tercera temporada.

Eso sí, los fans han podido llegar a temer por la vida de las tres, dado que estuvieron envueltas en el tiroteo entre los guardaespaldas de Sritala y Rick, aunque las tres lograron salir ilesas.

Belinda, Zion y Greg

El regreso de Belinda fue uno de los más comentados. La gerente del balneario del White Lotus de Hawái volvía para esta tercera tanda, en la que termina ajustando cuentas con Greg (Jon Gries), el viudo de Tanya (Jennifer Coolidge), quien se hospeda en Tailandia con su nueva pareja, Chloe (Charlotte Le Bon), bajo la identidad de Gary.

Belinda sabe que Greg estuvo involucrado en la muerte de Tanya. El hombre decide sobornarla y le ofrece 100.000 dólares a cambio de su silencio. Sin embargo, la gerente le pide 5.000.000. Finalmente, el hombre acepta. De esta forma, Belinda podrá vivir sin problemas económicos y montar ese soñado balneario que Tanya le había prometido en la primera temporada.

“Belinda ha tenido muchas decepciones", ha explicado White. "Greg le hace esta oferta, y pensé que sería divertido que alguien se beneficiara de esta tragedia que le ocurrió a Tanya", argumentaba. De esta manera, Belinda tiene un final mejor que el que tuvo en la primera temporada y que generó fuertes críticas.