La guerra entre Ucrania y Rusia marcó profundamente la celebración de Eurovisión 2022 y lo seguirá haciendo en 2023, tras la victoria del país invadido por Moscú, al celebrarse en Reino Unido con un protagonismo especial para Ucrania. Ahora, el certamen y su organizador, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) se enfrentan a un nuevo conflicto bélico que amenaza con torpedear la celebración de Eurovisión Junior 2022 en Armenia el próximo mes de diciembre.

En la noche de este lunes 12 de septiembre comenzaron a producirse ataques armados en la frontera azerbaiyano-armenia, de los cuales ambas potencias se acusan mutuamente. Como consecuencia, se han producido bombardeos y enfrentamientos que han reactivado a gran escala un conflicto histórico, el del Nagorno-Karabaj, que lleva dos décadas amenazando la estabilidad de la zona y afectando al Festival de Eurovisión.

De hecho, en 2020 Armenia ya se vio obligada a retirarse de Eurovisión Junior al no poder preparar su candidatura por la aplicación de la ley marcial a consecuencia del enfrentamiento con el país vecino. Un año después, la nación del Cáucaso regresaba al certamen por todo lo alto y se alzaba con el micrófono de cristal gracias al brillante papel de la joven Malèna, que interpretó Qami qami sobre el escenario de París.

La capital armenia, Ereván, fue la ciudad escogida para acoger la próxima edición de la versión infantil del concurso, que se celebrará el próximo 11 de diciembre. Ahora, a sólo tres meses del certamen, el Ministerio de Defensa de Armenia denuncia ataques con "artillería, morteros, vehículos aéreos no tripulados y armas de gran calibre en las direcciones de Vardenis, Sotk, Artanish, Ishkhanasar, Goris y Kapan", todas ellas situadas a una distancia de entre 100 y 300 kilómetros de la capital.

De esta manera, la sombra de la incertidumbre se cierne sobre la próxima edición de Eurovisión Junior sin apenas margen de maniobra en caso de que este conflicto impida finalmente la celebración del Festival en territorio armenio garantizando la seguridad de los participantes.

Eterno conflicto

Como ya se ha expuesto, esta no es precisamente la primera vez que la disputa entre Armenia y Azerbaiyán se ve reflejada en Eurovisión. Ya en 2006, cuando Armenia debutó en el certamen, se produjo una polémica por el lugar de nacimiento de su representante, André. La web armenia especificaba que el artista procedía de una ciudad del Nagorno-Karabaj, región históricamente disputada y perteneciente a Azerbaiyán. Esto generó protestas de Bakú y un gran revuelo en los medios azerís. Finalmente, esa información fue suprimida de la web.

Tres años después, la postal de presentación de la candidatura armenia en la primera semifinal de Eurovisión mostraba un monumento de Stepanakert, la misma ciudad que causó la polémica de André. Azerbaiyán elevó entonces una queja oficial a la organización, por lo que el clip fue eliminado de la emisión de la final. A pesar de ello, el representante del jurado armenio dio los puntos con una carpeta en la que se veía una foto del monumento en cuestión, avivando de nuevo la polémica.

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El conflicto llega hasta tal punto que en agosto de 2009, tres meses después de la celebración de Eurovisión en Moscú, el Ministerio de Seguridad Nacional de Azerbaiyán interrogó en la capital azerí a 43 ciudadanos que habían votado a favor de Armenia en el concurso. Se les acusó de ser "una amenaza para la seguridad del país".

Ante esta polémica actuación del gobierno de Azerbaiyán, la UER decidió no tomar ninguna medida más allá de una multa de 2.700 euros para el régimen azerí y un cambio del reglamento para impedir que las televisiones participantes puedan ofrecer a sus respectivos gobiernos información sobre los votantes de Eurovisión.

Armenia, por su parte, estuvo a punto de ser sancionada en 2016 después de que su representante, Iveta Mukuchián, luciera en la green room una bandera de la disputada región del Alto Karabaj. Sin embargo, esta vez la polémica quedó en una simple advertencia.