Mediaset España cerrará este domingo una semana de lo más agridulce. Por una parte, anunciaba que había registrado un beneficio de 181 millones de euros durante el año 2021, casi 70 más que su rival Atresmedia. Pero, por otra, se confirmaba una de sus peores crisis de audiencia de los últimos años.

Y es que cuando el pasado jueves, a eso de las ocho de la mañana, su consejero delegado Paolo Vasile recibía en su móvil el habitual informe de audiencias del día anterior, el italiano fue consciente de que la confirmación del fracaso de Pasión de Gavilanes venía a demostrar el agotamiento de su modelo televisivo.

Después de meses perdiendo ante Antena 3 y, ante las flojas audiencias del reality Secret Story, su gran baza para el primer trimestre de 2022, en Mediaset España creyeron que la compra del regreso de la telenovela colombiana podría ser un buen revulsivo para sus audiencias.

Fue así cómo se volcaron como nunca en la promoción de la ficción de Telemundo para 'obligar' a su audiencia a ver su estreno: presentadores y colaboradores disfrazándose de los protagonistas e imitando sus bailes, promos a todas horas... El éxito de Pasión de Gavilanes 2 era primordial. 

El resultado no fue el esperado. Por mucho que desde Mediaset España se vendiera que había sido el mejor estreno de una serie extranjera en Telecinco desde julio de 2018 y había arrasado entre los jóvenes con casi un 38%, la ficción no consiguió superar a El Hormiguero y apenas superó en 61.000 espectadores a Mentiras tras perder 400.000 espectadores en su segundo capítulo.

Con estos antecedentes, Telecinco emitía este pasado miércoles 23 tres nuevos capítulos de Pasión de Gavilanes. La cadena buscaba competir con el final de la segunda temporada de la turca Tierra Amarga en Antena 3. Pero, por otra, se arriesgaba a que los espectadores terminaran de darle la espalda a la telenovela al terminar a horas intempestivas.

Así fue. El primer capítulo de la ficción marcaba un 10,1% y 1.441.000 espectadores, el segundo un 11,7% y 1.217.000 espectadores, y el tercero y último un 13,8% y 966.000 espectadores. Es decir, en una semana había perdido más de un millón de espectadores.

De esta manera, Telecinco marcó en el día un 13% de cuota de pantalla en el día, casi dos puntos menos que Antena 3, que se elevaba hasta un 15,9%. Ese día, la diferencia era ya de seis décimas (14,5% vs. 13,9%). Un día después, ya el jueves, la diferencia aumentaba en una décima más al caer la de Mediaset a un 13,8%. 

Algo inaudito

Así, a menos de unas horas para que finalice el mes, Antena 3 certificará su liderazgo en audiencias, consiguiendo por primera vez en la historia ganar cuatro meses consecutivos: noviembre, diciembre, enero y febrero. También logrará por segunda vez ganar seis de siete meses, algo que no pasaba desde 2013.

Algo inaudito que viene a confirmar un cambio de tendencia en la televisión, con la consolidación del modelo televisivo de Antena 3, y con la confirmación del agotamiento del de Telecinco, cuyo liderazgo fue imbatible durante 35 meses hasta agosto de 2021.

Como ya hemos analizado en otras ocasiones, Atresmedia ha basado la programación de su principal cadena en una parrilla diaria muy estable con grandes marcas reconocidas como El Hormiguero o Pasapalabra, y apostando por formatos internacionales en prime time como La Voz o Mask Singer, u otros propios como Tu cara me suena. También ha conseguido que sus informativos sean líderes desde hace ya 25 meses.

Mientras, Mediaset España ha llevado tanto al límite su ajustada política de costes en Telecinco, con una programación low cost, sin apenas marcas reconocibles y que busca principalmente la retroalimentación, que al final ha terminado pasándole factura. Tanto es así que ninguna de sus apuestas de entretenimiento o ficción consigue superar los dos millones de espectadores.

Y es que, habiendo llegado a apostar por hasta seis noches por realities, el espectador se ha cansado de Telecinco y ha terminado dándole la espalda. El mejor ejemplo es el fracaso de Idol Kids, que con un jurado sin gancho, ha terminado siendo relegado a a la noche de los sábados.

En contadas ocasiones, desde Mediaset España se ha defendido que, para atrapar al espectador en estos nuevos tiempos de plataformas y redes sociales, es vital crear evento. Sin embargo, difícilmente eso se puede hacer cuando el espectador se encuentra todos los días prácticamente con el mismo menú en Telecinco, con programas similares con la misma escenografía, y donde prima el conflicto con protagonistas muy parecidos entre sí. 

En la cúpula son conscientes de esta crisis, sin embargo, lejos de pensar en una estrategia a largo plazo, en estos momentos confían todas sus cartas en el regreso de Supervivientes a finales de marzo y en la vuelta de GH VIP en otoño, una vez se haya celebrado el juicio por el presunto abuso sexual de Carlota Prado en GH Revolution. 

La pérdida de Qatar 

También confiaban en el Mundial de Qatar, que tendrá lugar entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre. Sin embargo, RTVE ha decidido sobrepujar por esta competición y esta semana sabíamos que la Corporación se ha hecho con los derechos de su retransmisión.

Con el Mundial, Mediaset España esperaba mejorar sus audiencias en noviembre y diciembre, tal y como sucedió el pasado año con la Eurocopa 2020 cuando Telecinco promedió un 16,8% y un 17,1% en junio y julio, respectivamente. Estos datos fueron vitales para que al final del año la cadena superara a Antena 3 en el dato anual (14,9% vs. 13,8%). 

Ahora, con la trayectoria demostrada los últimos meses y la pérdida de estos derechos, el grupo presidido por Paolo Vasile corre el riesgo de que Telecinco pierda el liderazgo anual de audiencias, algo que no ocurre desde 2011. Entonces, no obstante, la cadena líder fue La 1 de TVE. Antena 3 nunca ha obtenido este liderazgo.

[Más información: La pérdida del Mundial de Qatar, el último varapalo para una Mediaset en crisis]

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