El cantante Javi Soleil presenta nuevo tema, ‘Vívela’, de la mano de Universal Music. Una canción muy especial para este cantante, compositor y bailarín, que nos recuerda “que hay que vivir, que nos dejemos de drama, que ya bastante tenemos encima”, y que para él tiene como objetivo que sirva para quitarnos la angustia cuando estamos yendo al trabajo, en mitad de un atasco o simplemente tomando una copa con un amigo.

Con ‘Vívela’ , este sevillano da un paso más en su carrera musical, que muchos conocen gracias a su paso por el grupo D’Nash. Javi Soleil, junto a Basty Piñeiro, Mikel Henet y Ony Martos formó parte de esta boy band del 2005 al 2013.

En 2007, D’Nash participa en Misión Eurovisión, y terminan siendo elegidos por el público para representar a España en el Festival de ese año, en el que defienden la canción ‘I love you mi vida’. Lograron un puesto 20 de 24, con 43 puntos, y todavía recuerda con orgullo aquella experiencia profesional. “¿Un atleta va a ocultar que ha ido a los Juegos Olímpicos? Pues un artista que ha ido al Festival de música más importante del mundo, tampoco. El que vea de otra forma es que tiene un complejo”, asegura.

- ¿Qué es ‘Vívela’? Preséntanos la canción.

Es un canto a la vida, después de estar en un año oscuro y malo, en el que se juntó lo personal y lo profesional. Mi madre falleció tras una enfermedad en octubre, y mi pareja, con la que me casaba el 22 de mayo de este año, me deja en diciembre, se me fueron los estribos de mi vida. Tras ir a terapia, de repente un día se abre un rayo de luz y empiezas a ver las cosas de otra manera, y ese día cogí un boli y escribí 'Vívela', que me nació sin atender a ningún tipo de razón, o si suena a antiguo o a moderno. Lo que quería era contar una historia, para expresarme.

- Es interesante que hables de salud mental con naturalidad, rompiendo estigmas.

A mí me dolía el alma, y cuando me duele algo, voy al médico. Para mí mi terapeuta ha sido mi médico del alma. ‘Vivela' es el resultado de que se puede salir del lodo. Como soy tauro, artista y peleón, y he estado en el lodo y he salido piensas que siempre puedes hacerlo, hasta que un día no lo logras. Pero para eso hay gente que se tiran diez años de su vida estudiando, para ayudarte a ti.

- Con la crisis sanitaria además te surgirían miedos sobre tu futuro profesional.

Claro que había mucho miedo, de pensar qué va a ser de mi profesión, tanto a nivel de escenario como en la parte trasera, de dar clases. Únele eso a todo lo que he dicho antes. Pero de esta he salido superguerrero, de Los Vengadores, y me apetecía mandar un mensaje de vida.

"Cuando vienes de una boy band tienes que demostrar al mundo que cantas"

- Haciendo un juego de palabras, podríamos decir que la canción es ‘I love you, la vida’.

Es un crossover (Risas). En cierto modo sí podríamos decir que es una continuación, hay guitarras españolas. Esa parte estaba en mí, y no es que la negase, pero había cierto estigma de que la gente no te toma en serio por venir de una boy band. Llevo toda mi vida en clases de canto y de danza, pero si estás en una boy band las malas lenguas pueden decir que estás ahí por guapo, y yo no he sido guapo en mi vida. Tienes un estigma de que tienes que demostrar al mundo que cantas, y entonces te toca hacer una balada, de hecho mis últimos cortes habían ido por ese camino. Pero me apetecía tanto hacer un tema así, uptempo, bailable, de buen rollo, que transmite vida. Además, no voy a hacer un disco de diez baladas, porque eso no lo hace ni Pablo Alborán.

- D'Nash fue elegido por el público para Eurovisión, y también el público eligió su canción, aunque luego Televisión Española no os toma mucho en cuenta para sus especiales. Hay algunos artistas como D'Nash, Lucía Pérez o Soraya Arnelas que estáis un poco apartados del tema.

Ahí depende un poco del mánager que tú tengas. Lo que sí es innegable es que quedamos mejor que más de la mitad de los que vinieron después. Que parece que nosotros fuimos los últimos y los demás quedaron superbien. El otro día vi una gráfica en Eurovision-Spain para ver que no quedamos tan mal. Fue una actuación en la que habría cambiado el vestuario y algunas cosas, sí. Que estoy de acuerdo en muchas cosas de las que dijo Soraya Arnelas el otro día, también. Pero que no me arrepiento y volvería a ir a Eurovisión mañana mismo.

- Con ‘Misión Eurovisión’ se dijo que D’Nash estaba elegido de antemano para ganar la preselección.

La primera gala de aquel programa la vi desde mi casa, porque siempre había sido fan de Eurovisión. Y al día siguiente de aquella primera gala nos llama nuestro mánager diciendo “oye, chicos, ¿por qué no lo intentamos, iríais?”. El programa ya había echado a andar cuando yo ni sabía que ese casting estaba abierto. Sí que es cierto que cuando hicimos el casting notas interés, que la gente del equipo que hacen muchas preguntas, les ves las caras... Y como todos tenemos nuestros complejos y nuestras historias, pensabas que no ibas a ser tú el elegido. Allí había grandes voces como la de mi amiga Mirela, que es la bomba. Pero le hicimos gracia a la gente, éramos una boy band, nos votó un público con más juventud...

- Partíais con muchas ilusiones.

De hecho en las casas de apuestas íbamos muy bien para el Festival, y tenías que ver cómo nos recibían. ¿Por qué Marija Šerifović nos llevó a abrir su primer concierto en Serbia? Porque para ella éramos los ganadores, y eso nos lo dijo ella. Fuimos portada del Cuore de allí de Serbia, porque ella dijo que íbamos a ganar nosotros.

- Televisión Española no os puso fácil el camino una vez fuisteis elegido, en cuestiones de puesta en escena.

No le quiero faltar el respeto a la gente que trabaja en Televisión Española, pero cuando llegas allí te das cuenta que las delegaciones tienen un trabajo previo increíble y que tu país no sabe todavía qué va a poner de fondo en tu primer ensayo. Las primeras proyecciones eran un salvapantallas de Windows, unas fichas cayendo, como el Arcanoid.

- ¿Vosotros qué teníais en mente?

Teníamos muchas propuestas, teníamos un equipo creativo, y queríamos salir de un cubo de metacrilato gigante, con luces traseras. Y queríamos llevar unas movidas en los pies como que nos daban altura, y podíamos botar por el escenario y muy visual y muy chula. Y a todo nos decían que no, que no se podía meter ningún elemento en el escenario, porque no había tiempo luego para quitarlo. Y luego va otro país ¡y mete un puto árbol! Y te das cuenta de que todo a lo que te han dicho que no es porque lo ha decidido una persona añeja, que se la sopla un poco.

"Le dijimos a Federico Llanos que o cambiaban a las cosas o nos plantábamos"

- Entonces notabas diferencias con el trabajo de otros países.

Ojo, que no todo el mundo que va es malo, me llevé gente maravillosa de Televisión Española, pero sí que es cierto que el mismo que decide si va a haber un programa de cocina o no es el mismo que decide qué vas a llevar tú puesto o qué escenografía hay. Hay delegaciones más pequeñas donde todo se hace de otra manera. Por cosas así surgen estigmas como que ir a Eurovisión por España es malo. ¡Cómo va a ser malo, si nosotros hicimos 90 fechas ese año!

- ¿Es cierto que os propusieron desnudaros durante la actuación?

Querían que nos quitásemos parte de la ropa, y que en la piel llevásemos llevásemos 'I love you' en varios idiomas. Una movida a la que nos negamos. Nos íbamos quitando prendas, como el que juega a beso, verdad o atrevimiento. Y les dijimos que no, y así con todo. No es fácil lidiar con esa parte, aunque con 22 años que tenía era mucha más la ilusión y la ganas, y además, todo iba muy rápido.

- La decepción era tal que llegasteis a decir que no actuabais.

Sentamos a Federico Llanos, en el hotel de Helsinki, y le dijimos que le pusieran un poquito de amor en los visuales y en todo lo que estaba pasando, o que nos plantábamos. Llega un momento en el que dices ¡que no te estoy pidiendo un elefante persa, que te estoy pidiendo lo mínimo! Y si te subes al escenario de Eurovisión, qué menos que sepas qué coño va a pasar. ¿Esta persona es mala, quiere joderte? No, hace lo que sabe. En otros países hay gente más joven, con otras miras, y nosotros teníamos una persona que su nivel de creatividad y de saber hacer era el que era, no se le pueden pedir peras al olmo.

- Este 2021 se ha reunido Amistades Peligrosas y Ella Baila Sola. ¿Está entre vuestros planes una reunión de D’Nash?

¡Ya no es original, ya es lo que se espera! En el confinamiento volvimos. Nos han propuesto sacar un single, hacer una gira como la de Yo fui a EGB, pero cada uno tiene su vida y sus compromisos. Yo he estado haciendo musicales, Mikel también, tenemos una vida hecha. No es la falta de ganas, es aunar cuatro vidas, cuatro carreras, cuatro horarios, y es complicado dedicarle el tiempo que se merece. Pero es algo que ronda en las cabezas, sobre todo, porque apetece, porque la pandemia nos ha hecho pensar mucho. Hemos estado muy nostálgicos, y a la gente le toca la patata ese tipo de reuniones.

"Apetece una reunión de D'Nash, la pandemia nos ha hecho pensar mucho"

- ¿Tienes la espina clavada de volver a Eurovisión?

Se dice a menudo que nadie quiere ir a Eurovisión, y yo lo veo desde el otro lado. ¡Cuánta gente quiere ir a Eurovisión! ¡Quién no quiere! Para mí sería increíble, incluso volver de corista. Cómo me lo pasé allí, teniendo la responsabilidad que tenía. Sería increíble a nivel artístico, aunque me gustaría que me dejasen hacer las cosas de otra manera. ¡Pero con las fichas del Arcanoid no!

- Por último, ¿qué consejo le darías a Blas Cantó?

Él ha tenido un sueño toda la vida, que era ir a Eurovisión, lo conozco desde hace bastante tiempo. Lo ha conseguido, lo tiene, después de haber conseguido muchísimas otras cosas. Yo le diría que no atendiese a apuestas ni a nada, que disfrute de ese escenario y esa experiencia, que va a poder cantar su canción ante muchos millones de personas. Que eso por mucho Auryn o mucho Tu cara me suena no lo ha tenido nunca. Tiene que ser consciente de eso, que nunca va a cantar para cien millones de personas. Y yo que he vivido eso, que me han parado en un McDonalds de Suecia, en Helsinki, en México, gracias a Eurovisión, ¡eso no te lo da otra cosa!

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