Opinión

Nos toca decidir

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Estamos en año electoral por partida doble.

Las autonómicas y municipales en mayo y las generales en diciembre.

Nuevamente estamos llamados a ejercer el voto soberano para dar validez democrática por otros cuatro años a quienes deben dirigir los destinos de casi todas las comunidades y los ayuntamientos, ahora en mayo, y la presidencia ejecutiva de la nación española, en diciembre.

Se dice que el bipartidismo ha terminado y yo creo que lo que está ocurriendo es que ha ensanchado por los extremos.

Hay que unir a ello los partidos regionalistas y nacionalistas que no pesan poco con nuestro muy mejorable sistema electoral.

Pues bien.

El 28 de mayo tendremos unas elecciones que si bien no profetizarán sobre las generales darán una idea de por dónde se moverá el electorado.

De ello saldrá con bastante seguridad dos opciones:

O ganan los actuales dirigentes en los gobiernos que están liza, con toda la carga que todos conocemos (léase UP, nacionalistas, Bildu y sus elegibles con carga de delitos de sangre, etc.) en las que se pueden ver actos pilotados por el sanchismo, tales como: la nueva ley de vivienda que cercena la sagrada propiedad privada.

La política extractiva vía impuestos que está ahogando a todos.

La insostenible carga de las pensiones, que pone en peligro su sostenibilidad, con aumento indecente del nivel de deuda.

El verdadero nivel de desempleo que intentan "tapar" con aquello de los fijos discontinuos.

La promoción de estratosféricas cantidades de vivienda (dicen más de 183.000) que definió magistralmente Feijóo con aquello de los panes y los pisos.

El interrail superbarato, paguitas con sostén en deuda pública, cines baratos para mayores, etc., etc.

La polarización radical entre españoles, sobre todo haciendo de la falta a la verdad, su bandera.

O gana el PP al que en muchos casos va a necesitar la ayuda de Vox.

En cualquier caso, toda la maquinaria Electoral estará a plena marcha, y en especial la fuerza que da el poder de Moncloa que estamos viendo cómo utilizan el presidente y sus ministros como plataforma para el sanchismo, jibarizando a los líderes municipales y autonómicos.

Las distintas encuestas electorales tienden a indicar que las fuerzas del centro derecha y más a la derecha pueden tener resultados como para atisbar un cambio de gobierno.

Aun así el partido popular no deber dejar de lado que todavía arrastra un lastre (casos de corrupción no sentenciados) y también que debe dar un giro al centro en el que debe primar las necesidades de una población que está pasando calamidades reales.

En resumen, el partido popular debe centrarse en aquilatar políticas que fomenten, a nivel regional las distintas necesidades de cada zona y a nivel general promover la seguridad jurídica, reestablecer una sanidad universal y una educación en la que prime el esfuerzo y el conocimiento de las distintas sensibilidades de nuestro país.

Por último, debe asegurar con sentido de estado que para ganar es indispensable contar con todas las fuerzas y sensibilidades políticas en pos de un objetivo común. La mejora de todos nosotros.

Ardua tarea pues, porque Sánchez da discursos de mejoras en todo lo que hace y dice, pero que no son más que acciones muy similares a gobiernos populistas de América Latina, (léase Venezuela, Argentina, etc.) con el resultado que casi todos ya conocemos. Esto es, eternizarse en el poder.

Ojalá prime el voto de esa gran mayoría que ve más allá de los cantos de sirena y ejerza su verdadera fuerza para que todos los que estamos en esta gran nación nos sintamos orgullosos de vivir en ella.