Opinión

La importancia del sistema de ayuda mutua en los Mayores

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En este mundo que envejece a pasos agigantados en Occidente, es muy importante rescatar el sistema de ayuda mutua en los Mayores, porque es uno de los principales medios para mantener nuestra independencia y seguir viviendo en nuestros hogares.
Hasta que nos llega la cuarta edad, y mantenemos nuestra autonomía personal, mal que bien nos vamos arreglando. En esa tercera edad que, a título de referencia podemos situar entre sesenta y cinco y ochenta años, aunque ya han aparecido los achaques, si logramos sobrevivir, y la parca no nos llama, o no nos surge y afecta alguna enfermedad que nos haga dependientes, solemos mantenernos en nuestro hogar y ejercitar nuestra autonomía personal, pese a que, en no pocos casos, ya se ha perdido la pareja.

Este es el tiempo en que podemos ejercer aquellas cosas que nos gustan y dejamos aparcadas porque el trabajo, marcaba nuestra agenda, o el sacar adelante una familia nos lo impidieron.

También es el tiempo en que volvemos a encontrarnos con nuestra pareja y hay que restablecer un nuevo sistema de relación con ella, pues ya los hijos se han ido y el nido está vacío, y disponemos de un tiempo dilatado, del que durante años no dispusimos para dedicárselo, y este nuevo encaje no será fácil y nos obliga a trabajarlo, sin que el éxito esté garantizado.

Es el tiempo también para dedicar a los amigos de siempre y para rescatar la relación con compañeros de aula de la niñez o el instituto y para hacer cosas con ellos. Y el tiempo de Penélope de ir cosiendo nuevas amistades que el abandono del trabajo o la guadaña de la muerte nos quitaron. Y este hecho latente se puede conseguir, y es compatible, con la ampliación del conocimiento, de ahí la importancia y el éxito de la universidad de Mayores, el Erasmus de las clases medias.

Otros también aprovechan esta época de su vida para devolver a los demás algo de lo que recibieron, de ahí las incorporaciones como voluntarios a muchas instituciones que se ocupan de diversos tipos de personas en situación de necesidad, y que sin este tipo de contribuciones benévolas no podrían desarrollar su trabajo.

Sin embargo cuando pasamos el umbral de los ochenta, y a medida que avanzamos en el calendario, y va cobrando más importancia en nuestras vidas la agenda médica, y se empiezan a acentuar algunos déficits y empiezan a manifestarse algún tipo de dependencia, si queremos seguir viviendo en nuestra propia casa y mantener la vida ordinaria, a la que estamos acostumbrados, más allá de recibir algún tipo de ayuda doméstica, que la mayoría tenemos, y de los servicios tarifados, para quienes puedan permitírselo, una de las soluciones que podemos articular es el ejercicio de la ayuda mutua.

El sistema de la ayuda mutua es el medio que utilizan los humanos ancestralmente para sobrevivir y para procrear, de ahí la importancia, en esta función de la familia, tanto en la época de la crianza y la función determinante que juegan los progenitores y los abuelos en la misma, como en la senectud que ahora comentamos.

La atención a los Mayores es algo  que la mayoría de los vástagos tienen asumido, con especial relevancia en las hijas , pero lo que hoy me gustaría resaltar, es el papel que, a través de un sistema de ayuda mutua, pueden jugar los amigos y otros Mayores que, a través del ejercicio de esta actividad altruista, pueden también aprender muchas cosas, pues la biografía de cada ser humano es irrepetible, y es un medio de enfrentarse a su propia realidad,  en un futuro próximo y de prepararse para ella.

El sistema de ayuda mutua evita que todo tenga que pasar por el mercado y si se ejerce desde la Mayores para los Mayores facilita mucho la confianza entre personas que, en general han sido formadas en la misma época, y que disponen de códigos y culturas semejantes y que han vivido los mismos acontecimientos, hecho que va a facilitar mucho la relación con aquellos a  quienes dediquemos nuestra atención.

A través de este tipo de prestaciones voluntarias vamos a poder percibir en vivo y en directo el tipo de dificultades a las que nos vamos a enfrentar en la supervivencia diaria conforme avanza nuestro natural deterioro físico y psíquico, y vamos a aprender a desarrollar las estrategias que nos ayuden a mantener en equilibrio la dignidad humana.

Gracias a este pulso titánico podremos ayudar a mantener en su hogar, hasta su fallecimiento, a personas que de otro modo se verían obligadas a ir a una residencia que detestan, y a cerrar su itinerario vital en el medio habitacional que su libre albedrío ha elegido.

Indudablemente el ejercicio de la ayuda mutua exige cierta actitud y preparación personal para poder ejercerlo desde la paz personal y como servicio al otro, y me costa hay organizaciones de Mayores, e instituciones públicas que preparan para ello, y es fácil encontrarles.

Quede aquí lanzado el reto y el capote para quien quiera recogerlo.