Me entero, amigo Marino, por el artículo en El Español, de la siempre hábil e ingeniosa periodista Rebeca Argudo, del ruido transfanático que ha impidido presentar vuestro libro en la Universidad de las Islas Baleares: Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la identidad de género.
No lo he leído, pues vivo en un lugar de América del Sur donde no llegan libros españoles, solo vino malo y caro, solo noticias desgraciadas de España.
Vuestro caso me ha indignado. Y me he apresurado a apuntalar unos versos, para que nadie, en ninguna Universidad del mundo impida expresar las ideas que puestas en vuestros labios son, sin duda, de imperiosa necesidad.
APUNTALAR BIEN LA ANDANZA
Quien escriba a contratiempo,
no ha de perder tal usanza,
pues dejar suele en balanza
el peso de un pensamiento.
El pensamiento con poso
donde la letra se suda
pero molesta, no ayuda
ni a la zorra ni al raposo.
Afrente el libro a la lanza,
Sancho al Sánchez sin Cervantes:
no se olviden los andantes
de apuntalar bien la andanza.