Opinión

Tendría que caerme bien Ayuso, pero…

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

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Como yo es anticomunista. Como a ella, también me gustan las cañas y hablar de todo y de nada con un codo apoyado en la barra de un bar. Y hasta que lo dejé tras ver cómo Joselito era incapaz de cruzarse y ligar dos naturales, tuve un abono en el 7 durante muchos años. Ya no pido tanto como pedí entonces, pero todavía me gustan los toros y no deja de estremecerme la creatividad de Antonio Ferrera.

Y, por supuesto, está lo de Cuba. Me sigue haciendo daño, tanto que desde la impotencia y el fracaso me duele el alma cada vez que leo una noticia sobre lo que ocurre en Isla-Cárcel. Este jueves supimos que la tiranía castrista condenó a 127 cubanos a 1.916 años de prisión por protestar contra el Gobierno en el 11-J. Nací en La Habana, conozco lo que siguen haciendo los Castro, ¿cómo no voy a agradecerle a la reina de Chambéry que denuncie sus crímenes?

Por agradecerle le agradezco hasta lo de las cañas y su defensa de los toros. Que sea del Madrid no importa, también lo son muchos de mis mejores amigos. Nadie es perfecto. No todos han podido ver la luz en la Ribera del Manzanares. Pedirle a Ayuso que la viera sería pedirle demasiado. Sabina lo sabe y se lo cantó a otra mujer:

"Pero qué hermosa era

cuando iba de mi brazo por la acera.

Ustedes me han mirado

pedirle a ese bombón que me quisiera

era pedirle demasiado".

Como Sabina a una novia, nunca le pedí demasiado a Ayuso, me bastaba con que fuera anticomunista, pero la pandemia me encerró en casa y me dio por seguir su gestión. Ya lo siento. No me quedó otra que saber de sus trolas. Sin necesitarlo, ella, su jefe de Gabinete y sus consejeros, apostaron por liderar la oposición contra Sánchez, pero siempre desde la mentira. Para saber de sus patrañas basta con recordar los pésimos datos de la pandemia en Madrid.

Sé que no convenceré a los que insisten en no saber de lo que ocurrió y en olvidar los más que siniestros protocolos de actuación que desde la Comunidad se enviaron a las residencias de ancianos. No lo asumirán, pero, al menos ahora saben que, a pesar de sus cortinas de humo, Miguel Ángel Rodríguez no pudo vender toda el agua como vino. Apareció Tomás y Ayuso tiene que insistir en lo que nadie va a creer: cuando más se necesitaban, su hermano, siempre LEGALMENTE, trajo mascarillas a Madrid, pero NO SE LO DIJO a pesar de ser todo LEGAL, no se lo dijo.

Es cierto que esperaba algo mejor de una señora anticomunista, en cualquier caso, no le deseo ningún mal a la familia Ayuso, Es más, si como madrileño le debo dinero al hermano de Isabel Natividad se lo pagaré. Lo único que le ruego a la reina de Chambéry es que no me mienta más. Que haga lo que le dejen, pero que no me mienta más.

Lo haga o no, y aunque no alcance a entender por qué sin necesitarlo eligió mentir, lo que no haré será servirme de una broma que me parece cruel. No me gusta lo de IDA y jamás la llamé así. Los insultos los dejo para uno de sus correveidiles que, faltándose el respeto a sí mismo y a todos los que le escuchan, se convirtió en una caricatura del más ridículo de los personajes que interpretó su paisano Fernando Esteso. Además, el segundo nombre de Isabel es Natividad. Sería INDA. Sí, INDA, jamás IDA.