Opinión

Listos para volver a matar

Un 'ongi etorri' en el País Vasco.

Un 'ongi etorri' en el País Vasco.

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El día en que cientos de personas irrumpieron en la Quinta Avenida de Nueva York para homenajear al primer terrorista liberado tras el 11-S, el mundo se convirtió en un lugar peor. Más de lo mismo en el Arco de Triunfo de París, cuando el único yihadista sobreviviente de la masacre de Bataclán se paseó regocijado ante la hinchada que alababa sus “hazañas”.

Parecía que la civilización occidental implosionaba cuando sectores de ambas ciudades decidieron unirse a la ignominia. Afortunadamente, ninguna de estas dos escenas ocurrió realmente. Son tan inimaginables en la conciencia colectiva de Estados Unidos o Francia, que probablemente cualquier mente aguda habrá reparado enseguida en el provocativo recurso dramático.

Ya con los pies sobre la tierra, desconozco si es posible regular jurídicamente los homenajes públicos a terroristas excarcelados en España. Desde ese punto de vista, no sé cómo reaccionarían los tribunales de EEUU o Francia, si algo así les reventara en las manos.

¿Existe el derecho a reivindicar el terrorismo? ¿En qué términos? Presumo que otras democracias son capaces de preservar las libertades de expresión y reunión, sin que ello refrende el derecho a matar; sea masiva o selectivamente, porque recibir como héroe al tipejo que asesina a su mujer, supondría similar dilema moral.

Sin embargo, con toda seguridad, las sanciones morales de la clase política serían más contundentes en cualquier otra democracia cercana. Y la sociedad civil habría estallado de indignación, porque reivindicar al pistolero es, sencillamente, (re)asumir sus tesis.

Una parte de la sociedad vasca continúa enferma, mientras la otra, tuerce el ojo a discreción. ETA ha sido derrotada por la democracia, pero su isla (mental) totalitaria se mantiene anclada en la idea del odio y la confrontación. ¿Qué son los ongi etorri sino la espectacularización de la apología a la violencia? Cualquier sociedad que justifique u agasaje a los asesinos, abierta o discretamente, está lista para volver a matar. He aquí el problema de fondo.