Opinión

Los excesos del fútbol español

Florentino Pérez y Josep María Bartomeu.

Florentino Pérez y Josep María Bartomeu.

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“Nada en exceso”, decían los griegos hace más de 2.000 años en el oráculo de Delfos y creo que con toda la razón. En el fútbol español hay algunos ejemplos de ello.

1. Caso Messi en el Barcelona. El magnífico reportaje de El Mundo, destapó el astronómico y desconocido contrato de Leo Messi en el Barcelona, de 75 millones de euros netos por año, lo cual significa 150 millones a pagar por el club anualmente ya que otros 75 millones van a Hacienda, que ha dado lugar a la reciente y teatral salida del astro argentino del “club de su vida”. Este increíble contrato convirtió al jugador de fútbol en el deportista mejor pagado de la historia (incluidos los contratos de la NBA y el fútbol americano, hasta ahora inalcanzables para los futbolistas europeos).

Todo ello por la desastrosa e ignorante gestión de un presidente (algunos de ellos ya han pasado por la cárcel), José María Bartomeu, que con tal de retener a su ídolo, hundía inexorablemente en la miseria y ruina económica al Barcelona, como bien ha demostrado el nuevo presidente Laporta y supongo que el club pedirá acciones legales contra el derrochador e irresponsable Bartomeu. “Poderoso caballero es don dinero” que dijo nuestro Quevedo para delatar a Messi y a su padre. Messi, al que se le ha pegado el espíritu catalán pero no ha dicho nunca ni una palabra en catalán (nada más patético oír a la tertuliana del Chiringuito Carmen Barceló diciendo orgullosa que “Messi parla català”), nunca dijo que se rebajaría el sueldo al 50%, sino que los 150 millones de los próximos 2 años, los cobraría en 5 años, lo cual es muy distinto, ¿verdad?

2. Caso Simeone en el Atlético de Madrid. Cobra 24 millones de euros al año y de esta forma se convierte en el entrenador de fútbol mejor pagado del mundo. Curiosamente colegas suyos como Guardiola, Mourinho, Zidane y Ancelotti con currículo y logros profesionales muy superiores al de Simeone, tienen una ficha económica muy inferior y además entrenando a equipos de fútbol muy superiores históricamente y con títulos al Atlético de Madrid. En este caso también el responsable es un presidente del club, Enrique Cerezo, al parecer buen gestor en su profesión de productor de cine, pero mal gestor deportivo.

Todo ello porque Cerezo tiene la original idea de que Simeone es el mejor entrenador del mundo (nunca confirmado por la UEFA ni por la FIFA, en sus nombramientos anuales) igual que alguno de sus futbolistas, como es el caso de Oblak o era el de Griezmann por poner dos ejemplos solamente, tampoco confirmados por organismos oficiales. Simeone jamás ha ganado una Champions, pero para su presidente es el mejor entrenador del mundo y por ello recibe un salario astronómico e injustificado para sus méritos.

Comenta el gran Alfonso Ussía, perfecto conocedor del Real Madrid, que cuando el inolvidable Alfredo Di Stéfano, primer Presidente de Honor del Real Madrid, tenía la edad de Messi, le pidió un contrato a D. Santiago Bernabéu y este le dijo que no, por lo cual se fue al Espanyol de Barcelona, finalizando su carrera como jugador en el Madrid. Hace 3 años Cristiano Ronaldo le pidió a Florentino Pérez 35 millones al año y este le dijo que no, ya que rompía el tope salarial y la política del Real Madrid y se fue a la Juventus donde inició el declive de su magnífica carrera profesional (se acabó el balón de Oro, la Bota de Oro y el FIFA Best Player). Hace unos meses Sergio Ramos, el mejor capitán y defensa central que ha tenido nunca el Real Madrid, mal aconsejado por su representante y hermano, le quiso echar un pulso al Real Madrid y lógicamente lo perdió, ya que el Real Madrid le demostró que la Institución está por encima de cualquier jugador, incluso del mejor.

La diferencia es que, en el Real Madrid, entonces y ahora, con medio siglo de diferencia, figuraba como presidente un profesional de la gestión, el mejor de España, y en el Barcelona (sobre todo) y Atlético de Madrid, no. Muy simple, pero muy importante, fundamental, sobre todo para sus socios.