Opinión

Amarás a Pedro sobre todas las cosas

Pedro Sánchez

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“Amarás a Pedro sobre todas las cosas, y a Pedro como a ti mismo”. Así comienza la jornada de Súper Pedro. Inclinado bajo un inmenso retrato de su excelso rostro, con actitud orante, Pedro se repite varias veces, antes de tomar su frugal desayuno, que España no ha conocido gobernante mejor ni el PSOE mejor secretario General.

Animado entonces por la carga de positividad de una verdad tan absoluta, inicia su actividad con una llamada primeriza a Redondo, perdón a Calvo, perdón a Bolaños. Es entonces cuando le hace partícipe del devenir concreto de la España del día y del mundo, sobre todo de los millones de comentarios que en las redes sociales americanas ha provocado su pose de galán, su atildado acento y las verdades con las que este político de primera inundó las televisiones americanas, que nunca jamás habían disfrutado de un acontecimiento así.

Alguna carcajada se oye de fondo, cuando Félix le recuerda lo acertado que estuvo al recordar que él es un político que cumple. Encaminado hacia la gloria el curso político, el teléfono de Súper Pedro recibe los sólitos mensajes en los que sus amigotes preparan las vacaciones a costa del Estado ya sea en las Marismillas, ya en La Mareta. No influye en el ánimo del presidente ni la quinta ola (es cosa de la ultraderecha), ni la más que sospechosa donación a Plus Ultra (jueza facha), ni por supuesto, las últimas encuestas que vienen a confirmar de qué manera se utiliza en beneficio propio, vía el servil Tezanos, todos los resortes del Estado.

A Sánchez le han bautizado como Superman, en una exitosa gira por los Estados Unidos de América donde su Sanchidad ha evitado encontrarse con Biden, o con algún miembro de la administración demócrata, puesto que su objetivo era sólo económico, porque como él es un político que cumple debe primero, antes de encontrase con nadie, salvar de la ruina económica en la que Rajoy y el bolso de Soraya condujeron a España.

El agosto pandémico no evitará unas vacaciones de ensueño. Ni lo hará Aragonès o el prófugo Puigdemont con su traca, traca golpista. No le quitará el descanso Yolanda, ni tampoco un académico Iglesias que aportará al patrimonio personal ingentes cantidades de billetitos pagados por los Gobiernos latinoamericanos de su órbita, ávidos de su experiencia como eficaz gobernante. Lo único que le puede quitar el sueño a Superman es su criptonita particular. Franco y José Antonio turban el descanso, agitan su paz veraniega y es por eso que continúa esta cruzada sin fin para dejar sin rastro el problema que para la convivencia española supone la presencia tan activa de ambos en la vida política.

Por lo demás, Superman sonríe. Tiene todo a su favor. Tiene su encanto, tiene su palabra, tiene el silencio del partido, y tiene, todas las mañanas, un inmenso retrato de su excelso rostro en el que en actitud orante se carga de energía repitiendo varias veces “Amarás a Pedro sobre todas las cosas, y a Pedro como a ti mismo”.