Opinión

La Cina è vicina

Xi Jingping, presidente chino.

Xi Jingping, presidente chino.

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Tres de los aliados favoritos del señor Orbán son los primeros ministros de China, Rusia y Turquía y estas relaciones especiales le llevan a ir pactando, con cada uno de ellos, diferentes medidas, en teoría para beneficio mutuo, en la práctica para beneficio del círculo gubernamental, y de las potencias extranjeras que consideran a Hungría uno de sus caballos de Troya en la Unión Europea que les da más juego.

El gas y las centrales nucleares favorecen a Rusia que condiciona y tiene en sus manos la política energética húngara. Turquía se beneficia del comercio y domina, a través de la restauración, una parte importante de la alimentación magiar, y en el caso de China, junto a la política de créditos para infraestructuras del ferrocarril, que le permitiría enlazarse con la ruta de la seda, y los compromisos financieros que Orbán haría para crear una delegación de la universidad de FUAN, abre el melón de la transferencia de la actual revolución cultural comunista china en Europa.

Hay que recordar que hace dos años se forzó, desde el gobierno de Orbán, a través del cambio de la ley de universidades, la expulsión de la Universidad Central Europea, hoy instalada en Viena, considerada una de las mejores de Europa en el ranking de universidades y ahora, lo que resulta ser una gran paradoja, se argumenta para su implantación que así se dispondría de una de las mejores universidades asiáticas en Europa.

Se estima que la universidad costará al menos 1.600 millones de euros que se obtendrían mediante un crédito de los chinos, crédito que tiene que ser devuelto con intereses y se utilizarían para su construcción empresas chinas. El lugar elegido para la edificación es un área ya destinada para la creación de inmuebles dedicados al alojamiento de estudiantes, ubicada en el distrito IX, estudiantes de otras zonas del país, que vienen a cursar carreras universitarias a la ciudad y que encuentran grandes dificultades de alojamiento, dados los altos precios de alquiler de la capital.

La universidad pertenecería una fundación chino-húngara que se crearía para su gestión a tal efecto y la participación húngara sería minoritaria en la misma, lo que evitaría sacar a concurso público los servicios que se creen. Asimismo, los precios que esta universidad maneja son muy superiores a los actuales de cualquier universidad húngara pública, lo que impediría a la mayoría de los estudiantes húngaros acceder a la misma.

La reacción de la mayoría de la población, en base a una encuesta realizada y publicada en el mes de febrero por Publicus Research, muestra la fuerte oposición de la ciudadanía a esta universidad, y esta oposición incluye a más de la mitad de los votantes del Fidesz, partido del primer ministro. Tanto el alcalde de Budapest Gergely Karácsony como Krisztina Baranyi, alcalde del Distritro elegido para la edificación de Fudan, como señala Eva Balog en su blog Hungarian Spectrum del 27 de mayo, están listos para revocar el permiso para albergar el Campeonato Mundial de Atletismo en 2023 si el gobierno insiste en construir el campus de Fudan en este sitio.

Hay que recordar que el Banco de China y el Banco Agrícola de China ya están instalados en el Hungría, donde residen además más de tres mil estudiantes chinos y donde más de dieciséis mil ciudadanos chinos han comprado bonos de liquidación en los últimos años, lo que les permite obtener el permiso de residencia y trabajo y crear empresas en Hungría y el acceso a la UE. Los inversionistas chinos han adquirido ya un gran número de propiedades inmobiliarias en zonas de moda, y ostentan un gran número de negocios, fácilmente observables si se pasea por la ciudad.

Unido a estas inversiones se desliza el aumento cuantitativo y cualitativo del espionaje chino en Hungría que ha crecido notablemente, y a través del mismo en la Unión Europea, dado el desembarque de una notable población china altamente cualificada, como señala en su artículo Juegos de espías chinos en la Hungría de Orbán, Szabolcs Panyi, quien concluye que este es el precio de la amistad y en su escrito desvela cómo el año pasado se hizo público un informe que describe un listado de 710 húngaros a quienes se espió y donde se encuentran personajes de los principales estamentos políticos, económicos, sociales y religiosos, aunque principalmente los espías concentraran sus actividades en los norteamericanos.