De la crisis política provocada por la malograda moción de censura de Ciudadanos y PSOE en Murcia parece haber un perdedor claro: Ciudadanos. Se han desintegrado en la Asamblea Regional y han desaparecido en Madrid.
Sin embargo, hay otro perdedor cuya defenestración está pasando desapercibida y no es otro que Diego Conesa. El líder de los socialistas murcianos ha pasado de obtener una histórica victoria para el PSOE murciano en las elecciones autonómicas de 2019 al ostracismo, la desesperación y la más que probable irrelevancia electoral según pronostican todos y cada uno de los sondeos electorales que se hacen públicos en la Región de Murcia.
Conesa jugó la baza de sacar del poder a un partido que lleva muchos años, quizá demasiados, gobernando y de atacar la forma en la que fue designado López Miras, probablemente las únicas opciones que tenía para hacer frente al PP murciano, y le salió bien. Pero de ahí ha pasado a la desesperación, la crispación y los ataques personales y eso, unido al efecto Ayuso, a la aceptable labor del gobierno regional durante la pandemia y la fallida moción de censura, le está pasando una factura que puede resultar impagable para el socialista.