Pedro Sánchez es líder por el hecho de tener seguidores. Es presidente del Gobierno por haber ganado las elecciones pero:
¿Cómo es la calidad de sus seguidores? Y, ¿qué siguen? Si siguen los valores, los principios del líder, es posible que la irracionalidad se haya instalado en parte de sus seguidores y la objetividad (que dura poco) ya no interesa.
Sospecho que la subjetividad ocupa todo el pensamiento de gran parte de la sociedad española y hay una razón objetiva para entenderlo:
La sociedad del bienestar nos ha hecho creer que tenemos kilómetros de derechos y centímetros de obligaciones.
En una sociedad avanzada, (España debería serlo, pero albergo serias dudas) el alto nivel de educación de sus ciudadanos seguiría los valores y principios del líder en vez de su discurso sofista. Discurso que busca convencer manipuladamente y de forma interesada para imponer su liderazgo. Por ejemplo, el discurso dicotómico entre sanidad privada o pública.
Recientemente, en una conversación con un adulto -viajado-, me aseguró que, en esta situación de pandemia sanitaria, gracias a que está el PSOE en el gobierno tenemos la sanidad pública porque si estuviera el PP la sanidad sería privada... para los que pudieran pagarla -aseveró con poco fondo-. Le pregunté que cómo sabía eso.
Respondió "que lo sabía".
Entonces, mirándole a los ojos, le pedí un poco de detalle sobre la fuente, y traté de seducirle advirtiéndole de que con esa respuesta era difícil que la conversación avanzara. No me equivoqué, la conversación finalizó en ese mismo instante. Noté también que su mirada tampoco se sostenía.
Entre muchos ciudadanos, políticos, youtubers, y algunos famosos, (todos con derecho al voto) España se parece cada vez más a un Parque Temático al que asistimos como espectadores atónitos, planos, sedados, estupefactos.