Laura Borràs Castanyer podría ser la primera mujer al frente del gobierno de Cataluña, ya que después de ganar las primarias de Junts per Catalunya se convertirá en la candidata de este grupo político nacionalista en las próximas elecciones que se celebrarán en febrero de 2021.
El hecho indigna a sus rivales políticos y molesta a sus socios de ideología, ya que la candidata a la presidencia de Cataluña está imputada por el Supremo por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, falsificación documental, prevaricación y fraude.
Los políticos seguirán siendo la mayor preocupación de los españoles porque se les permite todo lo que en la iniciativa privada o en cualquier entorno social sería inadmisible.
No hay ni un solo argumento de peso para consentir que un político, cualquiera que sea, pendiente de una imputación o con una mínima mancha que ponga en duda su honradez pueda ser un servidor público.
La varilla del barómetro del CIS va a necesitar aceite porque no se mueve su posición que marca al panorama político actual como el principal problema de los españoles. Y seguirá ahí, estática, inamovible mientras estos pajaritos sigan con sus confrontaciones, descalificaciones, insultos, prebendas y políticas chabacanas de manual.
Hasta que los ciudadanos no pongan límites, la política va a convertirse en una manera de vivir cómoda y muy bien pagada. Le va como anillo al dedo la tonadilla del anuncio: “dame, dame, dame más; siempre, siempre quiero más…”.