“Así empezó la Guerra Civil”, me dice mi abuelo.
Muchos añoran ese buen ambiente de los años posteriores a la Transición de los 80 y 90 en el que daba igual si votabas a izquierda o derecha, salías con tus amigos a tomar algo por los bares de Madrid y nadie te preguntaba si eras de izquierda o de derechas, donde no hacía falta sacar la bandera de España porque se daba por hecho que todos éramos españoles, donde había felicidad y esperanza de una nueva época en nuestro país marcada por la libertad, democracia y auge económico.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Pues bien, no creo que sea casualidad la situación de enfrentamiento social en el que nos encontramos ahora mismo, desde el nacimiento de Podemos, que en un primer momento, tuvo su importancia para cambiar el rumbo de la política de este país hacia la corrupción y desmadre político donde, personas de PP y PSOE saquearon las arcas públicas en muchos municipios y Comunidades Autónomas.
Hemos llegado a una situación muy peligrosa, en la que tenemos un partido a la izquierda del PSOE y otro a la derecha del PP, por ello tengo la preocupación del aumento del enfrentamiento social ya que los extremos nunca son buenos. Tenemos que recuperar la moderación, el sentido democrático y constitucional del 78 y votar a gente preparada que no sea un alentador de masas y le ponga más fuego al enfrentamiento social en el que estamos o nos falta poco por llegar.
Me he dado cuenta del problema del nacionalismo extremo cuando los independentistas catalanes llaman “facha” a los españoles sin conocer el significado de la palabra “facha”, reclaman más democracia cuando ellos niegan a “Tabarnia” su propio referéndum o reclaman libertad de expresión cuando los medios españoles que acuden a Cataluña a retransmitir las manifestaciones son expulsados de las mismas.
Después de poner en situación, me veo obligado a hacer un llamamiento a la calma y moderación a todos los españoles. Estamos en una situación crítica, la salud, la economía y el enfrentamiento social puede llevarnos a la miseria. Por eso, lloro por España, ese país donde nací, que acoge a cualquier persona venga donde venga, que tiene una calidad de vida envidiada por muchos países, un turismo de calidad, una hostelería rica y unas personas simpáticas y ricas en su buen hacer.
Por favor, no caigamos en la confrontación, algunos políticos nos están dando el material para encender la mecha, pensemos en nuestros abuelos, padres, hijos… no encendamos esa mecha.
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA SU GENTE!