A lo largo de la historia reciente, tanto en España como en Europa ha ocurrido siempre. Cuando el comunismo ha llegado al poder apoyado en la socialdemocracia su primera misión ha sido acabar con sus socios, ya que son sus principales competidores por el poder. Y lo han hecho arrastrándoles a sus posiciones y creando el caos.
Los socialistas viejos, a los que se echa de menos, lo saben. González, Guerra, Corcuera, Leguina, y así podríamos seguir con grandes políticos de este país, están horrorizados con lo que está pasando en su propio partido. Pero las estructuras y el funcionamiento de los partidos son implacables. O estás en el aparato o contra el aparato. Y sus voces no llegan a sus votantes. Y sin la reacción de los votantes, el PSOE éste se encamina hacia su desastre.
España necesita un PSOE centrado y fuerte que haga de contrapeso al centro derecha para que juntos se consigan unos pactos útiles y un verdadero progreso. Este PSOE no va a conseguir los pactos que propone. Otro PSOE es posible y necesario.