Blog del suscriptor

Contra el totalitarismo

  1. Blog del suscriptor
  2. Opinión

Tengo que empezar diciendo que la reflexión que voy a introducir en este texto pensaba hacerla antes del 10-N, de forma previa al estado en que todos los analistas, politólogos, sociólogos y demás elucubradores de la realidad política se emplearan a fondo en las cábalas sobre posibilidades de un acuerdo u otro (eso que ahora llaman pactómetro) en función de los resultados electorales. La primera realidad es que el PSOE ha vuelto a ganar, por tercera vez en pocos meses, las elecciones.

Pero las soluciones para el país requieren, más allá del Gobierno que emerja de las nuevas alianzas, análisis más precisos y sosegados. El primero, a tenor de la fragmentación política, una reforma constitucional que permita votar a la lista más votada para evitar el bloqueo al que los ciudadanos nos hemos visto sometidos desde hace meses.

En segundo lugar, un reflexión mucho más profunda sobre los problemas del país. Hace pocas semanas que se nos fue el profesor Santos Juliá: eminente historiador y brillante intelectual al que algunos ya echamos de menos. No sólo por haber estudiado con sus manuales, profundizado en el estudio de la Historia con sus monografías o reflexionado con sus artículos en prensa, sino porque hacía un análisis tan pausado como contundente de la realidad. Seguro que le hubiera gustado ver la exhumación y el traslado del dictador Franco del Valle de los Caídos o la evolución de la situación, especialmente en Cataluña, tras los últimos comicios. Seguro también que hubiera tratado de dar una explicación al vertiginoso ascenso de la ultraderecha.

Sea tal vez por ello por lo que recurro a una de las tesis expuestas en sus últimos artículos en prensa, en uno de los problemas actuales que más nos preocupa: el auge del fanatismo. Una de sus últimas ideas expuestas fue la de que tanto Vox, como también el independentismo más radical se comportan como formaciones totalitarias.

Rompiendo el tradicional eje de debate político izquierda-derecha, estas dos conglomeraciones políticas han apostado por el enfrentamiento entre españoles como nutriente básico de sus base electoral. Así se cumple la explicación que todos hemos tratado de dar alguna vez en análisis sobre los fascismos de que un solo pueblo (Volk en Alemán), una sola nación, un solo Estado, una sola religión política son la base de todo lenguaje totalitario. A decir del profesor Juliá: "Los dirigentes de Vox no dudan en presentarse con un lenguaje que Ramiro Ledesma llamaría fascistizado, y no faltan en el secesionismo catalán quienes evocan el fantasma de la muerte como precio de la libertad de la nación".

Toca pues, hacer un análisis mucho más profundo. ¿Cuáles son los errores, sociales, educativos y de los medios de comunicación para que esta criatura de extrema derecha haya sobrepasado en poco meses los cincuenta escaños? Escucho a algún dirigente político del partido ganador de las elecciones decir que se les ha parado por el hecho de que no van a poder gobernar ni tocar parte de poder, como así ocurre ya en otras Comunidades Autónomas de la mano de los conservadores (PP y Ciudadanos) ¿Qué cambios debemos hacer en la pedagogía política, en la enseñanza en valores desde la escuela o en la responsabilidad democrática de los medios de comunicación? ¿Tienen autoridad moral los líderes de la principal formación conservadora, Partido Popular o los que queda de Ciudadanos, para, después de haber alimentado al monstruo (se confunden de Frankenstein) llamen ahora a la formación de una Gran Coalición por responsabilidad política frente el envite de los populismos? Son cuestiones que se irán viendo. De momento toca combatir al totalitarismo desde las ideas.

In memoriam Santos Juliá.