Blog del suscriptor

Planeta

Greta Thunberg durante una marcha en Iowa.

Greta Thunberg durante una marcha en Iowa.

  1. Blog del suscriptor
  2. Opinión

La vida global suele ser muy caprichosa, tanto que a veces basta un simple estornudo para que el aleteo de una colonia de memos tome la primera cañada real y comience una diáspora hacia la tierra prometida por una niña sueca. Una enfurecida jovenzuela se ha plantado ante el mundo y según cuentan ha regañado a no sé quién de la ONU.

El mismísimo Javier Bardem se ha referido a esta niña como el milagro que necesitaba la actual emergencia climática. Alguien que no cree en Dios y sí en Al Pacino, -dicho por él- da a entender que ahora los milagros son obra de la factoría Holywood. Hay actores que el papel se lo tienen muy bien aprendido.

A la vista de lo que todos sabemos en torno a la delicada situación de nuestro planeta me he dedicado a estudiar los fenómenos que componen esta crisis existencial. De tal manera que me van a permitir que les ofrezca unas simples aclaraciones previas.

Veamos. 
Planeta: unidad de medida equivalente a unos 7.600 millones de habitantes.
Habitantes: conjunto de seres humanos racionales e irracionales.
Racionales: futuros irracionales en permanente lista de espera.
Irracionales: devoradores compulsivos de todo lo que se menea. Subespecie dedicada a valorar más lo que se desea que lo que se tiene.
Medio ambiente: como su propio nombre indica, mitad de lo que en su día fuera un ambiente completo.
Capitalismo: sistema encargado del bienestar de los seres humanos mediante pago por adelantado. Viene a ser algo parecido a: “Me sobra mucho mes al final del sueldo”
Comunismo: sistema en donde siempre lo barato resulta caro.

Ahora paso de la teoría a la práctica. Miren ustedes, a mí Donald Trump también me cae fatal, pero es que el señor Obama de igual manera conocía la situación de nuestro planeta y se fue de rositas, y además le dieron el Premio Nobel de la Paz por un mandato de ocho años sin un solo día sin guerra. Lo que invita a pensar que si el presidente de los EEUU no iguala la oferta del sentir de casi todos nosotros, el mencionado planeta se va al carajo por mucho que Greta pretenda separar las aguas del Mar Rojo.

La niña sueca es uno de esos fenómenos que vienen creados por algún diseñador de marketing, de manera que Greta es al planeta lo que Xavi Hernández es e Catar cantando “Qué viva España”. Aquí lo que importa es no hacer apología de tanta emergencia por quienes luego utilizan lo nada biodegradable para dejar un reguero de salvaje guarrería tras su cantarina manifestación ecologista, cosa que refrenda la teoría popular de “¿Dónde va Vicente?”. Eso sin contar con la magnanimidad de cuantos esquilman los recursos naturales por cuestión de infecta codicia dineraria, sin olvidarnos de la impoluta contaminación de China o la India, entre otros paraísos capitalistas y comunistas.

¿Qué se puede hacer? -Se preguntarán ustedes- ¿Qué tal si los adolescentes inquietos por la salud del planeta renunciaran a sus teléfonos móviles? Por desagradable que les parezca lo que estoy diciendo, una gran parte de la juventud actual nada quiere saber del coltán o el tugnsteno ni que en los próximos veinte años la huella de carbono de los teléfonos móviles representará un 14% del total de la contaminación planetaria. Pero esto es la cara B de los ecologistas-progresistas enlatados que valoran más el WastsApp que el intelecto para luego acogerse al beneficio de lo que más interesa, ya saben, buenos IPod, buenos smartphones, ir a la moda, calzado de marca, aviones, viajes, coches, motos, en fin, toda esa batería aliada con el confort y lo placentero.

Admiro a cuantos adolescentes se sitúan en la inteligente manera de actuar haciéndolo de manera ordenada y nada radical a la hora de defender su presente y su futuro. Dignísima actitud, pero mucho me temo que para las logias capitalistas, comunistas o entreveradas, somos polichinelas en permanente fase embrionaria. Y esa es la razón de nuestros males además de la codicia, el consumismo, la envidia e incluso la indiferencia que los líderes potenciales dedican a otras partes del mundo en donde los niños son siempre las víctimas de lo precario. Y eso, créanme, es uno de los factores más contaminantes que afecta a nuestra supervivencia.

Volviendo a Greta, se me antoja que nada alrededor de esta niña sueca es tan improvisado ni tan inocente, aunque es de justicia reconocer que alzar la voz y despertar conciencias siempre es un buen remedio aunque lo sea de manera subvencionada y manipulada. En fin, siempre nos quedará el salva-mundos Iñigo Errejón como plan B, al menos para ciertas y destacadas féminas que no reparan en piropos ni en ponerle ojitos. Al parecer ya tiene su slogan de campaña entre sus admiradoras: “O el planeta o yo”. Para mí que nos quedamos sin planeta. Ya lo verán.