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Mi tren

Tren.

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¿Qué siento? Más cada día. Esa es la pregunta más difícil de responder. Hoy viajo en un tren a 250 kilómetros por hora sin un destino fijo.

Ayer pude ver a mis dos tesoros un ratito después de derramar miles de lágrimas en todos los baños del Hospital de las Cinco Llagas. Un recinto que ya acumula muchísima tristeza, donde la muerte se hizo fuerte y el dolor se instaló en cada uno de sus rincones, cuando la gente se va, aún se percibe

Lágrimas con nombre y apellidos. Lágrimas que tienen destinatarios. Hay un sitio muy especial en ese recinto donde hoy se hace política autonómica que ayer recibió mis caricias y mimos. El atril de la capilla. Creo que nadie se dio cuenta que besé el mismo dos veces mientras intentaba rendir un más que merecido homenaje a quienes allí trabajan por y para los andaluces. 

Soy un homeless, aparecí en un portal con lo puesto y 50 personas aparecieron para ofrecerme, para regalarme lo mejor que tenían: su paz, su alegría, un abrigo en forma de abrazos sinceros. Un sustento impagable, no tenían porqué hacerlo, nada sacarían excepto una gratitud tan infinita como vacía. 

La soledad a veces se hace imprescindible para poder ordenar el caos, un caos que es capaz de hacerte perder el rumbo y llevarte a sitios donde nunca quisiste estar. Sigo ordenando este desastre, es como recoger grano a grano un granero repleto para hacer una fila que de dos vueltas al ecuador, pero ya he empezado. 

Por el camino voy dejando víctimas, es casi inevitable, creo que es la primera vez que soy realmente egoísta en mi vida, y no es una sensación agradable para mi conciencia, pero creo que forma parte de un proceso en el que nadie quiere estar, pero en el que casi todos caemos. 

Voy a toda leche en un vagón de tren del que tiran dos preciosas locomotoras a las que voy a agarrarme con fuerza para llegar a un destino incierto pero infinitamente atractivo. Por el camino muchos habéis puesto las vías para que mi tren pueda echar a andar. Gracias a esos 21, a Fran y muchos más. 

No soy yo, fuimos, somos y seremos nosotros tres, donde sea, como sea.