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La verdad que perjudica y la tesis del Sr. Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE

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Decía no sé quién que la mentira no existía, solo existe la verdad. La mentira es una fantasía que uno se inventa para esconder una verdad que perjudica. Para ello, creamos una contradicción, que delata nuestra incoherencia.

Cuando se nos descubre, perdemos las formas y la confusión nos invade ante una nueva perspectiva. Es ese momento cuando se nos descubre toda nuestra debilidad, como si fuéramos hombres-lata.

Decía la presidenta Aguirre que el estado y la política estaban llenos de mamandurrias. Mamandurria debía de ser aquel lugar donde el incapaz escondía al inepto y este, a su vez, al insuficiente. Todo ello sufragado de forma indecente, por el erario publico del servicio a los ciudadanos. Así de sencillo.

Y eso es lo que describe todo el relato del Sr. Pedro Sánchez en la UCJC. Una verdad que perjudica, que había que esconder para que no se descubriera toda la mamandurria que había detrás y de la que se estaba aprovechando y sacando partido el mencionado sujeto. Y este era el que se atrevía a llamar indecente al Sr. Rajoy por cobrar unos miserables sobresueldos en B, como si lo del pájaro en este tema no fuera para comulgar con molino.

Váyase Sr. Pedro Sánchez, por favor, antes de que comience a crear perjudicados, como hizo su antecesor Zapatero, o únase a aquel como PZPS, para solidarizarse con el daño, de la ingeniería social del botarate. Usted decide, para eso hay democracia pero, por favor, deje de vendernos aceitunas por melones porque nos acabaremos enterando cuando sintamos el daño.

Váyase, por favor, escóndase en la mamandurria del Consejo de Estado o continue con sus experiencias diplomáticas donde usted quiera, que para eso tiene el poder. Ahí es donde se le ve futuro, donde puede dar lo mejor de sí mismo al servicio a los demás y que nos devuelva todo lo que se ha invertido en usted. Pero lo más importante, si quiere salir airoso de las situaciones que le esperan, es que se despoje de la armadura de hojalata de la que presume,  pues presidente, es mejor andar desnudo que ser un hombre-lata.