Pedro Sánchez, tras dos meses de duro trabajo – nótese la ironía –, ha visto oportuno cogerse unos días libres, es decir, irse de vacaciones. Lo hace en el momento justo. Sánchez se va de vacaciones cual niño con asignaturas pendientes tras el verano que disfruta de un tiempo inmerecido.
El actual Presidente del Gobierno ha dejado sin fondos a la Unidad Central Operativa (UCO). A su vez, se marcha de vacaciones dejando a España inmersa en una crisis migratoria con oleadas diarias de “sin papeles”. Se marcha dejando a los españoles sin taxis en pleno periodo vacacional. Todo ello con el escándalo de su viaje a Castellón en el avión presidencial para asistir al concierto de ‘The Killers’, es decir, lo que Carmen Calvo definió como “agenda cultural”.
Aunque, siendo sinceros, quizás la culpa sea nuestra… ¿Qué esperamos? ¿Qué Sánchez gobierne con 84 escaños?
Así mismo, en el otro lado del hemiciclo, Pablo Casado ha sido claro y ha expuesto sus aspiraciones como nuevo Presidente del PP: volver al bipartidismo. Un modelo que, para el actual líder popular, garantiza la alternancia – entre PP y PSOE – y la estabilidad política en España.
Lo que Casado llama “estabilidad política” bien podría resumirse en: corrupción, con la Gürtel o los ERE; amiguismo en las administraciones públicas; dar alas al secesionismo en Cataluña; crear ciudadanos de primera y de segunda, por ejemplo, con el Cupo Vasco; recortes en sanidad, educación,…
Al menos, se le agradece la franqueza y la claridad a la hora de exponer su máxima aspiración como político.
Señor Sánchez; Señor Casado. Desde aquí les hago un llamamiento público: bajen a la tierra. Estén aquí por y para los ciudadanos. Dejen de coger días libres tras dos meses en los que las sesiones plenarias han sido copadas por la “cacicada” del Consejo de RTVE. Dejen de taparse entre ustedes e intentar volver a su zona de confort, al bipartidismo. Dejen, en definitiva, de intentar hacernos ver que ustedes son los buenos y los demás son los malos.