Opinión

The man who shot Liberty Valance. Primera parte

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Un tren que se desliza sobre la pantalla y otro que se desvanece cubriéndonos de humo. Una historia de cambio, de contrastes,  de cruce de caminos donde la gran perdedora es una mujer. La historia de dos países que son uno, el que nace y el que ya nunca será. Un momento donde se cruzan una democracia demasiado joven y un viejo oeste que no quiere desaparecer.

La película de John Ford cuenta el inicio de los Estado Unidos. La ley, el orden, la democracia y la caída de la libertad suprema protagonizada por cuatro personajes singulares: John Wayne, James Stewart, Lee Marvin y Vera Milles en el papel de Hallie.

Voy a dividirlos en dos grupos.



Primero. John Wayne y Lee Marvin.



Ambos son los representantes del viejo oeste. Por un lado, John Wayne, un hombre probo, libre, pistolero, sin mayor aspiración que construir una hacienda próspera y una casa lo suficientemente amplia para poder hacer una vida junto a su amada Vera; y, por el otro, Lee Marvin, un bandido, un forajido salvaje, amparado por la ley del disparo más rápido, no conoce más hogar que el lugar donde deja su sombrero.
Distintas caras de una misma moneda. El salvaje oeste.

Segundo. James Stewart.

Un joven abogado cuya diligencia es abordada por el malvado Lee Marvin. Recibe una paliza y es dejado a su suerte en el mismo camino. John Wayne lo encuentra, y lo lleva al pueblo donde es atendido en la casa de los padres de Hallie. Regentan un restaurante que es el centro y sustento de la familia.



Allí, nuestro joven abogado descubre las deficiencias de ese poblado. Un sherift torpe y cobarde, un periodista borracho y valeroso que escribe para un pueblo que no sabe leer y, unos ciudadanos que no saben lo que son. James intentará crear país enseñándoles no solo a leer y escribir, sino que también les mostrará sus derechos políticos, son electores y elegibles. Toman conciencia de que ellos son América. La educación es la base de la ley y el orden.

Aprenden a entender el Estado, ellos pueden dominarlo, ellos son  Estado. Una democracia popular,  representada en la peculiar clase de James donde encontramos desde niños, ayudantes del Sheriff, algunos campesinos, ganaderos, hasta amas de casa. Empieza a desaparecer el viejo oeste.


Pero esto es solo el principio del fin. La educación necesita un tiempo para asentarse y por sí sola apenas tiene resistencia. James llega a la conclusión de que la cultura, la educación no se defiende solo por sí misma, sino que hace falta fuerza. De nada sirve saber de leyes, jurisdicciones, penas  si luego nadie es capaz de apresar y condenar libremente a los delincuentes. El hombre que jamás había empuñado una pistola decide retar a muerte al villano.