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Pensionistas, hora cero

Pensionistas manifestándose en la puerta del Sol de Madrid.

Pensionistas manifestándose en la puerta del Sol de Madrid. EFE

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Y vuelta la burra al trigo porque la cosa es y lo seguirá siendo. Muy malas noticias cuando Mariano Rajoy dice que los españoles tenemos que ahorrar. Y él se lo cree o se lo cuentan los asesores que son asesorados por otros asesores. A buen seguro que los Hermanos Marx tienen algo que ver en todo esto. Y claro, la ministra Ibáñez, para no ser menos, se suma al sarao con su carta de marras y el 0,25% de ídem. Y además apostilla que los pensionistas tienen ahora más poder adquisitivo que hace diez años. La guinda de este sabroso pastel la pone la señora Celia Villalobos diciendo que el problema está en que hay pensionistas que están más tiempo cobrando la pensión que trabajando.

Para mí que este gobierno tiene una fijación con las personas mayores un tanto preocupante. Por un lado esa obsesión con lo de ahorrar. Veamos, los jóvenes que no encuentran trabajo o aun teniéndolo cobran un miserable salario, a mí me parece que lo de guardar para dentro de 40 años parece algo imposible. Los primeros, los que no trabajan, porque no, y los segundos, porque para el 2050 los 10 euros ahorrados en el 2018 échale memoria para saber en dónde pudieron ser guardados. Sobre el poder adquisitivo uno se pregunta si esto no será una de esas frases hechas. Conozco a muchos pensionistas que llevan buscando ese poder y no hay manera. Ni de segunda mano. Algunos han preguntado en el famoso Rastro madrileño y ni por esas. Lo que no se consiga un domingo por Cascorro, Ribera de Curtidores y aledaños, es que no existe.

Permitan sus Señorías que ponga un poco de orden. De los más de nueve millones de pensionistas quizás no todos sean de Ciencias. A buen seguro que algunos lo serán de Letras. Lo digo porque en ese repertorio de índices matemáticos que adornan el poder llegar a fin de mes, nada tiene que ver con la realidad del bolsillo ajeno. Cierto es que la realidad virtual es la que es gracias al juego de cifras alrededor del tan cacareado IPC y los costes de la vida que promueven los expertos en ciencias puras, pero la pensión, ya sea por jubilación, viudedad o asistencial, cuando no da para vivir con dignidad, de nada sirven los fríos y sistemáticos cálculos.

Los representantes políticos juegan al 'veo veo' importándoles un carajo la gravedad de la situación. La demagogia se antepone a los intereses del bienestar social presente, futuro o binario, (término éste tan de moda para algunos y que no alcanzo muy bien a comprender), lo cierto es que los representantes públicos no se guardan sus vergüenzas a la hora de sacar rédito de urnas y aprovechan la debilidad del contrario para movilizar a todo hijo de vecino. La lenidad de Rajoy, una característica muy suya para casi todo, una vez más nos conduce a la casilla de inicio en un tema tan capital como lo es la vida del pensionista en nuestro país; pero no sólo el PP, sino el PSOE y los demás componentes de la Comisión del Pacto de Toledo, que vienen demorando, a la vez que soslayando desde el año 1995, la fórmula de un sistema de pensiones capaz de garantizar la digna pervivencia de las clases pasivas presentes y futuras.

Dinero hay, es algo irrefutable. A nadie se le escapa el flujo de corrupción que este país se guarda para sí en tantos y tantísimos casos como nos alumbran día sí y día también. Dinero hay, porque aquí nadie devuelve lo robado. Dinero hay, porque sus Señorías cobran en demasía, cotizan cuatro años y tienen unas pensiones vitalicias de lujuriosa comparación. Dinero hay, porque España es el país europeo con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Dinero hay, porque pagamos hasta por estar muertos, quizás por la teoría de que hay vida más allá de la muerte. Dinero hay, porque con nuestras eternas contribuciones sufragamos las de Bruselas, cuyos funcionarios de la Unión Económica Europea se jubilan a los 50 con una pensión mensual de 9.000 euros. Dinero hay, porque nuestras pensiones están sujetas a retención del IRPF y es de vergüenza que no haya servido de nada el haber cotizado 30, 35 o 40 años. Dinero hay, Señorías, porque el catastrazo, el impuestazo y la madre que lo trajo pintan en bastos para las clases pasivas de este país por culpa de los inmisericordes gestores y de la obscena cantidad de cargos que tiene la administración, como antes dije. Dinero hay, porque mantenemos autonomías, todo tipo de empresas públicas y participadas, fundaciones, entes, observatorios, consejos, consistorios, agencias, direcciones generales, centrales sindicales, asesores que asesoran a otros asesores, paniaguados por enchufismo, etc. Dinero hay, porque los sediciosos, escapistas o no, cobran de nuestros impuestos para satisfacción de su rebeldía. Dinero hay, porque sería imposible vivir solo de la contemplación. Y lo peor de todo es que otros vendrán, que también prometerán. Al tiempo.