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Renovada fe en el ser humano

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El día comenzó mal, muy mal. Discutir con quien creías amiga es más duro de lo que piensas, llegando a convertirse en un "jodido" día de invierno. Tener una moto puede ser la solución, al menos para quienes perdemos la fe en el ser humano con bastante frecuencia.

-Pones la primera para abajo y el resto hacia arriba, dicen los clásicos.

Brillaba el sol dentro de un ambiente frío, helado, gélido en la provincia de Madrid. Andar por debajo de 0º se considera frío en Cigales (Valladolid), de ahí para arriba, fresco. Bajé la visera del casco e inicié una ruta para aclarar la mente por encima de los sueños. Diez kilómetros de autovía, vislumbrando a idiotas cambiar de carril por el placer de adelantar seis metros al anterior, fueron necesarios para adentrarme en una carretera secundaria, terreno inhóspito, solitario y algo revirado. Prestar atención al sombrío de las curvas, templar el motor, cuidarse de frenar con el delantero en las curvas sirven para concienciarse de la más importante Ley de Motero:

-Volver a casa entero, sin besar el “empedrado”.

Un poco antes de llegar a Chinchón vi un casco en el suelo, una moto a un metro y de pie alguien soltando humo; probablemente del cambio de temperatura del aire interior al frío del exterior de su cuerpo. Reduje, frené y me paré delante:

-¡Hola! ¿Estás bien? -pregunté.

-Sí, bueno, no. Se me ha parado la moto y el teléfono está sin batería. Se me pasó enchufarlo anoche - me contestó el joven.

Su moto, un “pepino” de 750 cc., había decidido detenerse.

-¿Gasolina?

-Llené ayer el depósito y suena -dijo tanteando el depósito con la mano-. ¡Hace un frío de “cojones”!

-¿Has llamado a la grúa?

-¡Uff! No tengo batería...

-Anda, es verdad, perdona.

Saqué mi móvil y desbloqueé la pantalla. El muchacho, aún con guantes, tenía las manos heladas.

-Gracias -dijo intentando coger el cacharro.

-Espera, espera. Dime y marco yo ¿te parece?

Llamó a la grúa y a su trabajo para decir que estaba “averiado”. La importancia de un móvil en el mundo de 2018 es superior a lo pensado.

-¿Ya?

-Sí, gracias. Me dicen que en media hora están aquí -respondió.

Veía que el chico seguía tiritando de frío.

-¿Tienes un cigarrillo?

-Lo siento, no. El médico me prohibió fumar hace 11 años; cosas de la salud. Tengo una solución. Espera...

Esa carretera es bastante conocida para mí. Un tramo que recorro con frecuencia, menos de lo que desearía y más de lo esperado por la familia. En diez minutos volví con el chaval, un paquete de tabaco y mechero comprados en la gasolinera del pueblo. Seguimos charlando sobre las ventajas y no de una custom sobre una naked.

La media hora se convirtió en 53 “minutazos” hasta la llegada de la grúa. Anoté mi número de móvil al chaval, ya que la criatura insistió en invitarse a una cerveza otro día. Ayer tarde, vino a casa con seis cervezas tostadas sin alcohol 0,0. Pusimos un cubo de palomitas y echamos unas risas sobre cuestiones mundanas, de esas que todo el mundo sabe y nadie hace ni “puto” caso:

-Ayudar al prójimo.

He recuperado la fe en nuestra especie; otro día la pierdo, espero tardar más de 24 horas.