Acabo de escribir el título de esta pieza y, ¡válgame el señor (o señora)!, que alguien le explique a Windows office que “la Irene” ha creado un nuevo “palabro” a la altura de la entidad gramática de su grupo y no me lo señale en rojo.
Ya el gran Perico Sánchez estableció la costumbre de agresión a la RAE con su archifamoso “miembros y miembras”, hoy Montero recoge el testigo de la absurdez oratoria, (o el oratorio), y se erige como la que ilumina a la RAE y pretende generar nuevas palabras para izar una bandera contra el machismo que flamea en la absurdez de sus teorías.
La RAE ya tiene reservados los sillones de la 'd' minúscula para Irene, (de demagoga), y la 'A' mayúscula para Pedro, (de absurdo). Dos grandes académicos que están creando un idioma nuevo a partir del absurdo y la demagogia de género. Si su manera de luchar contra las desigualdades es esta, la causa feminista va a tener que dejar de un lado la tradicional afinidad con la izquierda, pues flaco favor hacen a su causa con estas memeces.
Para colmo, Pablo Iglesias, ¡oh líder supremo!, sale en ayuda de su portavoza para impartir justicia gramatical y terminar de montar la última carpa del circo populista podemil en torno a un desvarío gramatical.
Venga, vengo, los pianistos, astronautos, policíos, y otros y otras nos despedimos, despedimas. Adias.