ALFONSO II EL CASTO
Miro al Norte, niebla y cierzo,
miro al Sur y todo acaba
en una frontera de agua
invadida por desiertos.
Regreso al Norte triste y solo
y apenas vuelta la espalda,
me dicen que hay una espada
en Asturias contra el moro.
Asturias ya no da abasto
desde Oviedo a Covadonga:
¡que viva la xenofobia
de Alfonso II el Casto!
CON LA GAITA ASTURIANA EN EL CORAZÓN
Sendas de la tierra mía,
caleya que ya perdí,
¿qué extraños llegan a ti,
te pueblan y te transitan?
Si siempre estuve contigo
como los robles del monte,
¿dónde su vigor escondes,
en qué niebla tanto olvido?
Oigo la gaita y parece
que en Asturias se modulan
heridas sonoras de alguna
ausencia que en mi se mece.
Dime, gaita, si en tu fuelle
ya la mina maternal
no puede sola soplar
con la fuerza de tu vientre.
Dime qué tienen tus notas,
tu antiguo trémulo trino,
qué llora al fin del camino
la alegría de tu jota.
LA BALANZA DEL AMOR FIEL
Escribe Humberto de Campos,
gran poeta del Brasil,
que el amor, como el quebranto,
también se puede medir.
Por las lágrimas, el llanto,
tantas como dolores hay
y el amor bien sabe cuánto,
quien guarde fidelidad.
Mas cuando mucho se cansa,
pronto le llega el desprecio
y si es fiel, lo es de balanza,
que se inclina al mayor peso.
FIGURAS QUE HACE EL AMOR
Bien lo decía san Juan:
el amor sólo se cura
con la presencia y figura..
mas ayer te vi pasar,
venías del desengaño
que te da tanta presencia
del amor año tras año.
¡Oh, misterios del ser!
que no basta con tener
el amor siempre a la mano.
¡Oh, tiempo tú haces la muda!,
rey del cambio y la constancia
haz también una moldura
que libere la figura
del amor que no se sacia.
¡Oh, máscara del ser!,
del Ser y el Tiempo en esencia:
el amor en tu presencia,
sólo en la ausencia se ve.
NO SE HACE CAMINO AL ANDAR
No me preguntes si voy,
pregúntame cuando vuelva,
que los caminos del hoy
son caminitos de vuelta.
Caminante, el camino
se hace siempre al regresar,
porque sólo el que ya vino,
sabe por dónde se va.
No se pierde el caminante
que ignora a dónde va,
si lo mismo que no sabe,
lo hace también caminar.
LA SERPIENTE CULTURAL
Arte que halaga la vista,
no lo persigue el poeta,
no es la serpiente arabesca
encanto para un artista.
No hay sabor antes que el gusto,
ni un dolor sin aflicciones,
el canto no está en los sones,
ni la armonía, en Procusto.
¡Oh, cantantes populares,
figurantes, sin figura,
sois el uso de la usura,
traidores culturales!