Opinión

Rufián, cabeza plana

Rufián con el mapa de España... que no es de España.

Rufián con el mapa de España... que no es de España. Efe

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Ha dicho Gabriel Rufián esta semana, a propósito de los exconsejeros catalanes encarcelados "nos recuerda un poco a los juicios de Galileo Galilei, que se le pedía que confesara que la Tierra era plana". Pues bien, todos los que estudiamos el BUP y el COU sabemos que Juan Sebastián Elcano había dado ya la vuelta al mundo a principios del siglo XVI, antes incluso de que naciera Galileo, y que por lo tanto era aceptado por todos, incluida la Iglesia, que la Tierra es redonda. De hecho los antiguos Griegos ya demostraron en el siglo III A.C. que la tierra es redonda. Como todos los estudiantes de BUP y COU sabemos, lo que a Galileo le querían hacer confesar era que el sol gira alrededor de la Tierra (teoría geocéntrica) y no que la Tierra gira alrededor del sol (teoría heliocéntrica), que aunque ya planteada también en la antigua Grecia, fue relanzada por Nicolás Copérnico en el siglo XVI.

Rufián es diputado por ERC en el Congreso y representa a 630.000 votantes. Pero creo no equivocarme al afirmar que su nivel cultural representa a muchísimas más personas, que me consta no saben (ni les importa) quién era Galileo, Elcano o Copérnico, o qué países hay en Europa, o cuáles son sus capitales, o cuál es el río más largo de España. Curiosamente el acceso ilimitado e instantáneo a la información, junto con unos planes de estudio en los que prima el igualitarismo, en vez de la excelencia, han llevado a que las generaciones más jóvenes no tengan una base cultural sólida.

Cuándo planteas a las nuevas generaciones alguna pregunta sobre historia, geografía o cultura general, su reacción es preguntárselo a Google. ¿Para qué voy a saber nada si el móvil me lo dice todo? Lo malo de esta actitud es que sin una cultura básica es difícil luego resolver problemas más complejos, y no digamos los problemas políticos que han de afrontar los diputados del Congreso. Por eso hoy en día para ser diputado la cultura sobra, e incluso es un hándicap. El único atributo que debe tener un político es ser un buen actor, y a ser posible un buen showman, como Rufián. Por eso no hay nadie capaz de liderar un proyecto político coherente para España, porque no importa el proyecto, sólo importa la manera de decir las cosas en televisión y en las redes sociales para que me voten. La política se ha convertido en un show, en vez de en un debate entre proyectos diferentes.

Paradójicamente, las nuevas tecnologías han traído una regresión cultural. Para empezar prácticamente nadie sabe cómo funciona su móvil. Para casi todos los mortales enviar un WhatsApp es casi un acto de magia. Las nuevas generaciones ya no leen, porque al dedicar al móvil diez horas diarias no tienen tiempo. Las nuevas generaciones ya no se relacionan personalmente entre ellos, y se puede ver a un grupo de adolescentes sentados juntos, pero uno está enviando mensajes a Japón y otro a la China, pero no hablan con el que tienen a un metro. Las nuevas generaciones ya no salen a ligar, si no que se crean un perfil en Follamigos.

El viejo mundo en el que las personas ilustradas eran las que lideraban la sociedad y la hacían avanzar ha muerto. Antaño para hacer llegar tus ideas a la sociedad debías demostrar un nivel cultural y racional que te permitiera acceder a los canales de comunicación de masas. Hoy en día hasta el más estúpido (y a veces malvado) pone un tuit que pueden leer millones de personas.

Rufián es el claro exponente de esta regresión cultural. Es curioso que Erastótenes, hace más de 2000 años estimara la circunferencia de la tierra con un margen de error de menos del 5%, utilizando para ello solo un palo con el que observó la diferente sombra que se proyectaba a la misma hora en Asuán y en Alejandría, y que Rufián Cabeza Plana, rodeado de móviles, ordenadores y satélites, todavía no se haya enterado.