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Alemania en crisis y en busca de un Gobierno

Angela Merkel, este domingo, hablando con los medios de comunicación.

Angela Merkel, este domingo, hablando con los medios de comunicación. Reuters

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¡Adiós Jamaica! Con este topónimo se conocía en Alemania a la posible coalición, que desde hace ocho semanas, negociaban cuatro partidos, para lograr un Gobierno que dirigiera este país los próximo cuatro años. Jamaica, por el color de su bandera, que correspondía con el color de los partidos sentados en las negociaciones. El negro, por la CDU y CSU (Conservadores), el verde, por los Verdes y el amarillo por los Liberales.

Desde las últimas elecciones celebradas a finales de septiembre y donde ningún partido consiguió mayorías claras, en Berlín se negociaba día y noche por un Gobierno, que tenía desde el primer día, muchísimas dificultades para llegar a buen término.
Anoche se rompieron las negociaciones y hoy al mediodía ha salido el Presidente alemán Frank Steinmeier para llamar al orden y reclamar el entendimiento entre todos los partidos, para la formación de un nuevo Gobierno. Así mismo, apela a la responsabilidad que tienen los partidos, frente a su electorado, de llegar a acuerdos y hacer viable un Gobierno.

La gran perdedora en este fracaso, es la Canciller Angela Merkel. Esto puede llegar a suponer para ella el final de su liderazgo. Si hubiese nuevas elecciones, que las quieren el 45% de los alemanes, ella, ha dicho, que prefiere elecciones a gobernar en minoría y que estaría dispuesta a presentarse como candidata.

Se sabe que las negociaciones han fracasado en gran parte, por la falta de acuerdos en las políticas de refugiados y emigración. Ahí es donde las negociaciones se han encasquillado.

Según CDU y CSU el gran culpable ha sido el partido Liberal que al no llegar a un acuerdo en estos asuntos, se ha levantado de la mesa y ha roto las negociaciones.
Y es que el tema de la reagrupación familiar de los refugiados, ha sido la piedra donde han topado los cuatro partidos, llegando al desencuentro y finalmente a la ruptura. El inmovilismo ha tomado el protagonismo.

Los liberales defienden que si los refugiados están aquí de manera temporal no es tan urgente la reagrupación ya que ésta podría también no darse en espera de la vuelta de los refugiados a su punto de partida. Ellos han pedido por activa y pasiva una nueva ley de emigración.

La reagrupación familiar de los refugiados está dando muchísimos dolores de cabeza a la sociedad alemana. Desde 2015 han llegado ya a Alemania 1.500.000 refugiados y muchos de ellos por el Convenio de Dublín tienen el derecho de reunirse con sus familiares más directos, padres con hijos, hijos con padres y cónyuges en el transcurso de seis meses.

Pero las fechas no están funcionando y esto está dando lugar a manifestaciones tanto en Grecia, donde están muchos de estos familiares atrapados, como en Alemania.
“Mamá Merkel ábrenos las puertas” con esta pancarta escrita en inglés se manifestaron la semana pasada 150 personas delante de la Embajada alemana en Atenas pidiendo la reagrupación familiar y gritando “Germany”. No sólo de ese lado del Mediterráneo se manifiestan. También delante del Ministerio del Interior en Berlín hay manifestaciones, con gritos de, “las fronteras destruyen las familias” y “queremos a nuestras familias ya con nosotros”. Los hay incluso que para hacer más presión han comenzado una huelga de hambre.

El Ministerio del Interior habla de 70.000 refugiados que quieren reunirse con sus familias y que esperan algunos de ellos con los permisos ya concedidos. Mientras tanto fuentes del Ministerio aseguran que entre 100.000 y 200.000 refugiados podrán reunirse con sus familias hasta finales del próximo año.

Pero lo que urge ahora es la formación de un nuevo Gobierno. Si el Partido Socialdemócrata (SPD) quisiera, podría volver a tomar parte de una Gran Coalición, como ya hizo en las dos últimas legislaturas.

Pero la SPD se ha negado desde que vio los resultados de las últimas elecciones. La sangría de votos a la que le estaba llevando la coalición con la CDU era evidente y dejaba al partido en una posición muy débil.

Además Martin Schulz, el líder del Partido Socialista, esgrimió un argumento que convenció a casi todos; si ellos dejaban de ser oposición para gobernar de nuevo junto a Merkel, la extrema derecha AFD tomaría el papel de partido principal de oposición y esto sería un peligro para la vida parlamentaria alemana y para el país. Pero con los últimos acontecimientos, la pelota ha vuelto de nuevo al tejado de la SPD. Se espera una decisión de sus líderes en los próximos días.

Con este fracaso de coalición, Europa se ve envuelta en una nueva crisis y demuestra otra vez su vulnerabilidad.

La estabilidad de Alemania es crucial para el continente. Hasta el momento Merkel era la líder indiscutible, tanto a nivel europeo como mundial y la estabilidad en Alemania garantizaba también la solidez en la Unión Europea.

Reformas y decisiones importantes están encima de la mesa que necesitan urgentemente ser gestionadas. A Alemania y de rebote a Europa, le urge cuanto antes un gobierno estable. Las próximas semanas serán decisivas.