Llevo días dándole vueltas a la cabeza para hacer una crítica comparada de los dos Blade Runner, pero la verdad es que estoy un tanto estancado ante tan magnas películas (las dos lo son en realidad), que he llegado a la conclusión de que no hay prisa, ya que reconozcámoslo, el filme no necesita una palabra más de nadie para crear interés y mucha muchísima taquilla, con lo cual ya llegará.
Pero mientras tanto, sí que he visto una película de la que hay que hablar rápido, porque tengo la impresión de que esta sí que va a necesitar de todos los empujones y comentarios posibles para que aguante más de dos semanas en la cartelera. Un filme, que frente al desafío a veces metafísico que supone hablar de los dos Blade Runner, es un contrapunto tan simple en su estética, como singular en su planteamiento y al mismo tiempo universal en su contenido.
Se trata de la película húngara En cuerpo y alma, premiada en el pasado festival de cine de Berlín, y que nos narra una singular historia entre dos personas solitarias, una por elección, la otra por patología, que son compañeros de trabajo (en un matadero), y que comparten todas las noches el mismo sueño.
He reseñado lo de película húngara, porque el cine de aquel país siempre ha venido, principalmente, de la mano de dos autores, Istvan Szabo y sobre todo Béla Tarr (tótem del cine de autor con cuyo estilo yo no termino de empatizar), y que hace poco produjo la para muchos mejor película de 2016 que es El hijo de Saúl. La verdad es que todo en esta filmografía es intenso, exigente, y digamos que no apto para todos los paladares, de ahí que pudiese tener cierta aprehensión al adentrarme en esta película, pero la verdad es que tras haberla visto, ha merecido la pena entrar en ella.
La película en realidad no trata ni más ni menos que lo que a priori podría ser una más entre las miles de historias de amor que pululan a lo largo de la historia del cine. Pero en este caso, las diferentes soledades de sus personajes, y el sorprendente nexo de unión que se produce entre ellos, la hacen difícilmente comparable con otras, puesto que el filme nos muestra de forma meticulosa, con un tempo pausado muy adecuado, y de forma naturalista, la vida de dos personas que ya no buscan nada especial en su vida, pero que de repente asisten a algo que los desconcierta.
A partir de ahí, asimilar tan compleja invasión provoca respuestas tan llamativas como veraces, en dos personas cuya vida parecía ya haberles cerrado cualquier puerta a la felicidad, y enriqueciendo el conjunto, todo esto sucede en el contexto de las relaciones entre trabajadores de una empresa, donde de forma tenue se nos muestran los habituales conflictos y situaciones habituales entre compañeros.
Dadle una oportunidad a esta película, no os defraudará, y además podréis sentiros especiales ante el resto ya que muchos no habrán ni oído hablar de este filme, casi nadie lo habrá visto, y además podréis paladear una de esas historias de amor que no se olvidan.