Opinión

Subvencionar sin control

Imagen de archivo.

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Si son verdad las informaciones que circulan por las redes sociales sobre las ayudas que recibe el colectivo de emigrantes y refugiados, bajo los epígrafes de “Rentas de Garantías”, “Ayudas Públicas”, “Ayudas Sociales”, “Complementos de Alquiler”... si son verdad y pueden confirmarse, es cuestión de PLANTARSE ante el Parlamento Nacional y ante los Parlamentos de todas y cada una de las Comunidades Autonómicas (mejor sería llamarles “Reinos Taifas”).

PLANTARSE la ciudadanía, como explica el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es enfrentarse, encararse, rechazar, revolverse, objetar.

El tablero social no debe distribuirse de tal forma que se perjudique reiteradamente al colectivo “COTIZANTE”. La CARIDAD COMIENZA POR UNO MISMO.

Las pensiones medias del mayor contingente contributivo, el autónomo, no llega a 750 Euros mensuales. Todos ellos a pesar de todo, siguen, religiosamente, cumpliendo con sus obligaciones tributarias.

El Gobierno y los Partidos Políticos deberían reflexionar e intentar una “futurible aproximación” a lo que lleva una subvención opaca, no controlada y sobre todo muy mal utilizada.

La caridad, como concepto religioso, nunca debe establecerse en los manuales de gobierno.

Los gobiernos administran la economía de los suyos y, si pueden, ayudan hasta donde la caja da; nunca hasta donde determinados grupos sociales le fuerzan “políticamente”.