Opinión

Constitución, populismos y socialismos

Populismos: falacias, espejismos y otras entelequias

Populismos: falacias, espejismos y otras entelequias

  1. Opinión

La sociedad deberá tener muy claro el trasfondo de los términos que últimamente alimentan los medios de comunicación: Constitución, Populismos, Socialismos...
Hablar, hoy, de izquierdas o derechas es estar desfasado. Hoy el concepto socialismo se autodefine con lenguas y dialectos partidistas, de forma que cada uno a su manera defiende la idiosincrasia de su social-democracia.

La vertiente o arcén de la social-democracia popular corren parejos a la vertiente o arcén de la “¡social-democracia socialista. Los proyectos sociales, al igual que los caminos, las autovías y las autopistas, precisan de vertientes y arcenes equidistantes.
Los arcenes, uno y otro, van cediendo, formulando los peraltes. El día que los dos arcenes se unan o aglutinen, habrán desaparecido los caminos, las autovías, las autopistas, al igual que los proyectos sociales.

La sociedad será, entonces, de pensamiento único y los ciudadanos andaremos en fila india pisándonos unos a otros. Por eso es importantísimo la coexistencia de los socialismos, llámese popular o socialista.

En caso contrario, aparecerán los profetas salvadores sin ideario social. Aparecerá el pueblo con imagen de hombre rescatador o de monje idealista pragmático.

Los componentes del llamado pueblo sólo podrán hablar en primarias y, después, cuando abran la boca, serán atacados y les llamarán secundarios y críticos.

Los profetas redentores coronaran el populismi, diciendo: “El pueblo soy yo”. Después lo será mi “entorno”. Más tarde, mucho más tarde, lo será “la plebe”, término despreciativo que se dará a los que votaron en primarias.

Ante tanto desvarío, sólo el sentido común saldrá victorioso si es capaz de construir una Constitución que aglutine ideales pragmáticos de convivencia, arrojando a la hoguera de las vanidades a los ideólogos del bienestar personal disfrazado de pueblo humilde y sufridor.