Estadística de estadísticas

Por Javier San Sebastián Ramírez

Cuando estudié la Licenciatura de Empresariales, hoy denominada Grado en Administración y Dirección de Empresas (o grado en ADE), fui advertido por el profesorado de tener cuidado al creer porcentajes, ratios, y en general cualquier tipo de medida estadística aparecida en los medios de comunicación. Los periodistas no eran expertos en esta materia y se producían errores con mucha facilidad. ¿Consciente o inconscientemente? Supongo que ambas habas se cocían por igual.

Pero esta ineptitud a la hora de cocinar datos se lleva a la derivada o lo que es lo mismo al límite cuando x tiende a infinito en el ámbito de la política. Los políticos manejan, ocultan, manipulan, seleccionan datos estadísticos como expertos titiriteros de la falacia. ¿Consciente o inconscientemente? Aquí no hay debate posible. Seleccionan su objetivo con precisión de francotirador de élite.

Estos últimos días he comprobado que el asunto Cataluña no ha sido una excepción, es más, ha sido todo lo contrario. Un castillo de fuegos artificiales de cifras a cada cual más disparatada. Dejando de lado a la CUP, la cual a pesar de su radicalismo me ha sorprendido por su honestidad estadística, dos caballeros se llevan la medalla de oro a la desfachatez: Mas y Junqueras. Han enarbolado cánticos de victoria independentista, apelando a unos sillones, más o menos cómodos, instalados en un Parlamento.

¿Es que estos señores no estudiaron porcentajes dicotómicos en sus respectivos colegios? Plantearon estas elecciones como un plebiscito, que por mera definición supone una consulta o referéndum a un ciudadano, a un ser humano, mayor de edad y con capacidad para votar. Un plebiscito no se efectúa a una silla. Un plebiscito se presenta a una persona, y en un plebiscito una persona es un voto.

Según datos del diario El País: independentistas (47,7 %), no independentistas (51,7 %). Es curioso que en los periódicos no se presente a dónde han ido a parar el resto de los votos ya que si calculamos: 100 % menos 51,7 % menos 47,7 % nos queda un 0,6 % de votos en un limbo que hemos de interpretar como nulos, en blanco, o cualesquiera otros estados sean posibles con estas caóticas leyes electorales. He aquí un ejemplo de error estadístico del periodismo al no desglosar completamente un 100 %.

Este plebiscito ha sido un sencillo formulario estadístico planteado a la “plebe”, de forma “plebiscitaria” según la RAE y cito: “consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre soberanía, ciudadanía, poderes excepcionales, etc. mediante consulta”. Si estos resultados no son suficientes para que los políticos entiendan de una maldita vez qué es lo que desea el más que respetable pueblo catalán, se abren dos caminos:

1) su ineptitud como estadistas

2) su ineptitud como estadísticos

Desgraciadamente ambos son compatibles…