Llega la Navidad y con ella los encuentros con familiares y amigos.
Paseos por el centro de la ciudad, escapadas navideñas a pequeños pueblos con encanto, compras, villancicos y rutas de belenes son planes que nunca faltan en estas fechas.
Los encuentros, si son en la calle, no tienen mayor problema, pero cuando son en casa y uno hace de anfitrión, siempre surge la duda de qué se les puede ofrecer a los invitados.
Los turrones y polvorones siempre están listos en todas las casas españolas para ofrecer, pero en comidas o cenas de Navidad, más elaboradas y elegantes, tener un surtido variado de pinchos es clave para triunfar.
Antes de sentarse a la mesa, mientras se espera a los rezagados, siempre se generan momentos de 'charleta'; un buen anfitrión sabe que en esos momentos sacar algo para picar es sinónimo de éxito (siempre y cuando sean tentempiés un poco elaborados).
Durante la Navidad, sacar patatas de bolsa y unas olivas no es suficiente, hay que 'currárselo' un poquito más.
En Aragón contamos con unos productos de calidad que hacen chuparse los dedos a cualquiera. Las abuelas aragonesas son aquellas que siempre tienen propuestas riquísimas que no dejan de sorprender, así que le he preguntado a la mía para poder proponer 7 pinchos o tapas variadas y fáciles para una comida de Navidad perfecta.
Las tapas y los pinchos comparten la misma esencia: pequeñas porciones pensadas para acompañar una bebida y fomentar el encuentro social. Ambas invitan a comer de pie, a probar varias cosas distintas y a compartir, algo muy arraigado en la cultura gastronómica española.
La diferencia principal está más en la forma de presentación que en el espíritu: la tapa suele servirse en un platito o cazuelita, mientras que el pincho (o pintxo, en el norte) tradicionalmente va 'pinchado' con un palillo sobre pan.
En cuanto a los orígenes, la tapa tiene un relato casi legendario. Se dice que nació como una loncha de jamón o queso colocada sobre el vaso de vino para "tapar" la bebida y evitar que entrara polvo o insectos. Con el tiempo, esa solución práctica se convirtió en una costumbre, y de ahí evolucionó a elaboraciones cada vez más variadas y complejas.
El pincho, por su parte, se asocia especialmente al norte de España, donde el pan cobra un papel central y la creatividad culinaria transforma cada bocado en una pequeña obra.
Hoy en día, tapas y pinchos se confunden y se mezclan sin problema. En muchos bares se usan ambos términos casi como sinónimos, porque lo importante ya no es si van con palillo o en plato, sino la idea de comer poco, comer bien y hacerlo en compañía. Esa es la verdadera raíz común de ambos.
7 tapas para triunfar en Navidad
- Jamón batido (tapa clásica): Tritura jamón serrano (mejor de Teruel) con un poco de queso crema o nata y un chorrito de aceite de oliva hasta obtener una crema untable. Sirve sobre tostadas o colines.
- Banderillas de encurtidos: Ensarta en palillos aceitunas, pepinillos, cebolletas, guindillas y boquerones en vinagre. Se pueden preparar el día anterior y guardar en frío.
- Tosta de longaniza de Graus con queso: Saltea ligeramente la longaniza desmenuzada. Colócala sobre pan tostado y añade un poco de queso (tipo tronchón o uno suave). Gratina un momento al horno.
- Huevos rellenos: Cuece huevos, mezcla las yemas con atún, mayonesa y un toque de mostaza. Rellena las claras y decora con pimiento asado o aceituna picada.
- Canapés de paté con manzana: Unta paté (de campaña o de cerdo) sobre pan. Añade por encima manzana salteada con un poco de mantequilla o manzana en láminas finas.
- Patatas con mejillón: Sobre una base de patata frita crujiente coloca un mejillón en escabeche. O en un bol de patatas vierte directamente la lata de mejillones.
- Tosta de sardina ahumada y tomate: Unta tomate rallado en pan tostado, coloca una sardina ahumada y termina con un chorrito de aceite de oliva y, si te gusta, unas escamas de sal.
