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Para muchos cuando oyen la palabra ‘Fiestas del Pilar’ no piensan ni en el pregón, ni en los bares del centro ni incluso en las míticas mañanas vaquilleras. Hay un nombre que resuena en su cabeza, ‘La Oktoberfest’.

Este evento es uno de los más esperados por miles de mañicos todos los años. Hay auténticos forofos de esta fiesta alemana que mezcla dos de los mejores ingredientes para una salida con amigos, la música en directo y la cerveza.

Sin embargo, muy pocos se preguntan quién está detrás de la organización de este evento. Uno de los socios es Sergio Espinosa, el cual ha querido compartir algunos detalles en una charla con @aldosorrosal sobre cómo se prepara la Oktoberfest de Zaragoza.

“Uno de los días que le gusta a la gente salir es a la Oktober, hay un ambiente muy amable y es muy divertido. Estamos consiguiendo que el público se divierta y tenga ganas de volver”, afirma Sergio sobre la gran acogida que tiene esta fiesta en Zaragoza.

La Oktoberfest en cifras

Pocos son conscientes de la magnitud de este evento: “La Oktoberfest de Munich factura 1.600 millones de euros en una semana. Para que veas la envergadura que tiene aquello”, comenta Sergio.

En Munich, asegura, habrán por lo menos 10 o 15 carpas, con horarios mucho más estrictos que en Zaragoza. “Allí son cada cuatro horas. Llegas, consumes y te vas” asegura. Sin embargo, esos datos son muy difíciles de traer a España, ya que son países con una cultura muy diferente y por tanto las dinámicas a la hora de afrontar esta fiesta cambian.

Salvando las distancias, la preparación de la Oktober no es ‘moco de pavo’, como se dice popularmente. El empresario asegura que montar cada edición le cuesta hasta un millón de euros. Además, montar este evento no es ‘coser y cantar’ que digamos.

“Ten en cuenta que esto es campo. Hay que traer hasta el último cable”, señala. Con un equipo humano de 160 personas, el empresario e ingeniero cuenta con unos 35 días de montaje y una semana de recogida, pasada la fiesta.

Todo este esfuerzo para albergar hasta 3.000 personas al mismo tiempo y servir hasta 100.000 litros de cerveza. En los días con entrada de pago, la afluencia tiende a ser más estable y con menor rotación. En cambio, durante los días laborables con acceso gratuito, el flujo de visitantes aumenta considerablemente, llegando a pasar entre 6.000 y 7.000 personas a lo largo del día.

Riesgos de este negocio

A diferencia de sectores como la ingeniería, señala, el mundo de los eventos es un negocio “más violento”, donde factores imprevisibles como la lluvia o las tormentas pueden comprometer inversiones millonarias como la Oktoberfest. Incluso si el público no responde, los costos de producción ya están hechos y deben afrontarse.

Además, en el caso de la Oktoberfest de Zaragoza la presión es todavía mayor, ya que la actividad se concentra en apenas 17 días al año. Lo que amplifica la presión económica.

Según comenta Sergio en su entrevista, durante la pandemia, la situación fue aún más dura: sin poder montar eventos y teniendo que seguir asumiendo gastos de mantenimiento.

Aun así, cuando todo sale bien, este sector puede generar beneficios muy superiores a los de muchos negocios tradicionales, “pero tiene que ir todo muy rodado”, afirma.

El éxito, lejos de los números y facturaciones, se mide de una manera diferente. Consiste en “que el público venga, se divierta, se lleve un buen recuerdo y que tenga ganas de volver”, comenta en la entrevista publicada en Youtube.