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Conchita Polo, orgullosa abuela zaragozana, se ha hecho popular por su espontaneidad frente a la cámara, una cualidad que la ha llevado a ejercer como community manager de Maximiliana, una empresa de móviles para mayores creada por su nieto.
A sus 84 años no solo se ha hecho un hueco en el mundo de las redes sociales, donde sus vídeos acumulan miles de visitas, sino que además continúa fiel a la cocina tradicional que aprendió de su abuela.
El desparpajo, así como los buenos trucos culinarios que da Conchita, son la receta del éxito en redes. Aunque, en esta ocasión y como cada lunes, también deja un hueco para Aragon Radio.
En su última intervención en la emisora, abrió las puertas de su recetario para enseñar a preparar unas croquetas de jamón de toda la vida, eso sí, aprovechando para dejar algún típico consejo de esos que solo conoce una verdadera abuela.
Porque si hay un plato que representa como pocos la cocina de las abuelas son las croquetas caseras. Y en eso, la opinión de Conchita es inamovible: “Las croquetas son una obra de arte culinaria”, afirmó antes de desvelar los secretos que, según ella, garantizan el éxito de la receta.
La receta de unas buenas croquetas según Conchita Polo
Para Conchita, la clave está en la bechamel. “Los grandes chefs no lo hacen como yo. Porque los chefs hacen la besamel y luego añaden el producto. Mi abuela me lo enseñó y han tenido mucho éxito, porque en redes han tenido más de un millón de visitas”, explicó.
Las proporciones son innegociables: “Yo voy a poner 50 gramos de harina y 50 gramos de mantequilla o de aceite de oliva. Prefiero aceite de oliva, la mantequilla para los ingleses.”
En esa base se pocha una cebolla y, cuando ya está tierna, se añade el jamón serrano muy picado. “Eso no lo hacen los chefs”, añadió Conchita. El siguiente paso es crucial: “No hagáis la harina cruda, guisarla muy bien porque si no sale mazacote. No gastéis tres o cuatro minutos rehogando bien la harina.”
Después, se incorpora poco a poco la leche infusionada con un hueso de jamón “que no esté rancio”. Con paciencia y removiendo sin parar, la mezcla comienza a despegarse de las paredes de la sartén: ahí es cuando la masa ya está lista.
El toque final para unas croquetas crujientes
El reposo es tan importante como la cocción. Conchita recomienda volcar la masa en un recipiente y cubrirla con papel film pegado directamente a la superficie: “porque si no se hace costra y ya no está igual de jugosa la masa”.
Tras dejarla enfriar, llega el momento de dar forma. “Hay quien lo hace con dos cucharas, yo con la mano y a rebozar”, dijo entre risas. El resultado, si se siguen los pasos, son croquetas “crujientes por fuera y por dentro blanditas”, tal como ella misma describe.
El relleno admite variaciones. “Cambiando el jamón se pueden hacer de cualquier cosa”, propone Conchita, desde merluza a morcilla o setas. La versatilidad y la sencillez de su receta explican por qué ha calado tanto entre sus seguidores, que ya la consideran un referente de la cocina casera aragonesa.
Ingredientes
- 50 g de harina (o tres cucharadas 'soperas')
- 50 ml de aceite de oliva (o mantequilla, aunque Conchita prefiere aceite)
- 400 ml de leche
- Un hueso de jamón (para infusionar en la leche, que “no esté rancio”)
- 100/150 gr de jamón serrano (picado con cuchillo o picadora)
- Una cebolla
- Pan rallado, huevo y harina para rebozar
Paso 1
Infusionar la leche (400 ml) con el hueso de jamón
Paso 2
En ese aceite de 50 mililitros, pochar una cebolla y cuando esté tierna añadir el jamón serrano picado
Paso 3
A continuación, echar la harina
Paso 4
Hacer la besamel con la leche infusionada, darle vueltas
Paso 5
Volcar la masa a un recipiente y cubrir con film pegado para proceder a congelarla
Paso 6
Formar las croquetas
Paso 7
Freir en aceite
